
7 formas de acelerar un Macbook Pro
Aunque los últimos Macbook Pro lanzados por Apple se caracterizan por ser más avanzados y veloces, a medida que pasa el tiempo es normal que empiecen a ralentizarse. ¿Qué hacer en estos casos? Te explicamos algunos consejos útiles para acelerarlo fácilmente.
A día de hoy es común encontrarnos en las tiendas distintas versiones de Macbook Pro, que varían en función del tamaño de la pantalla, las prestaciones técnicas que poseen y si incorporan o no la tecnología Touch Bar, por citar solo algunos sencillos ejemplos.
Sin embargo, si algo encontraremos siempre es la inclusión de una unidad de SSD como opción de almacenamiento, no solo por su pequeño tamaño, sino por las velocidades de transferencia y escritura que ofrece.
Pero si disponemos de un Macbook Pro más antiguo, es muy posible que, a medida que va pasando el tiempo, empiece a ralentizarse, de tal forma que las aplicaciones tienden a tardar en iniciarse, pueden bloquearse, el ventilador comienza a funcionar a velocidades muy elevadas e incluso es posible sentir un incómodo calor excesivo en la parte inferior (y encima del teclado).
Pero las causas por las que nuestro Macbook Pro va lento pueden ser muy variadas, por lo que es necesario incluso hacer algunas pruebas básicas a la hora de averiguar cuáles podrían ser los motivos.
¿Qué podemos hacer en estos casos? Lo cierto es que existen diferentes opciones a la hora de acelerar un Macbook Pro de forma fácil y sencilla. Es más, no se requiere ni se necesita ser un experto informático para conseguirlo. Únicamente debemos seguir una serie de pasos básicos, y nuestro portátil podría disfrutar de una nueva vida.

Una de las causas más habituales por las que un Macbook Pro (al igual que cualquier otro ordenador, sea portátil o no) va lento suele ser debido a la existencia de un disco duro que se está llenando.
De hecho, nada tiende a ralentizar más un Mac que disponer de un disco duro demasiado lleno. Por suerte, aligerarlo un poco ayudará a aumentar la velocidad del dispositivo en cuestión.
Cómo solucionarlo:
Debemos acudir al menú principal de nuestro Mac, pulsando sobre el icono de Apple, y pulsar en el botón Acerca de este Mac. Ahora pulsamos sobre la pestaña Almacenamiento, y el sistema nos informará de la capacidad de almacenamiento total, la ocupada y la que se encuentra disponible.
Pulsamos ahora sobre el botón Gestionar…, y el sistema nos ofrece distintas posibilidades como Guardar en iCloud, Optimizar, Vaciar la papelera automáticamente o Revisar el desorden.
Mientras que la opción de Vaciar la papelera automáticamente suele ser muy útil (especialmente si tendemos a eliminar muchos archivos, pero luego no los borramos por completo), la opción de Revisar el desorden nos ayudará a identificar qué archivos son los más grandes, para decidir si eliminarlos o no.

La versión del sistema operativo que tengamos instalada en nuestro Mac también tiende a influir bastante en el rendimiento del mismo. Así, si estamos utilizando una versión antigua de macOS, o incluso no hemos procedido a actualizarla nunca, lo más probable es que vaya más lento.
Por este motivo Apple, cada cierto tiempo (habitualmente cada año, más o menos), desarrolla y lanza una nueva versión.
Cómo solucionarlo:
Evidentemente, la solución pasa por tener instalada la última versión de macOS. Eso sí, siempre y cuando nuestro Macbook Pro sea compatible. Para actualizarlo, debemos dirigirnos a la App Store y buscar el último macOS desarrollado por Apple. En caso de que sea compatible, aparecerá el botón Descargar. Una vez lo instalemos, posiblemente notemos una mejora en el rendimiento.

En ocasiones, nuestro Macbook Pro no va lento a la hora de usarlo y trabajar con aplicaciones, sino que es el sistema de arranque lo que tarda bastante. Debemos tener en cuenta que, cada vez que iniciamos nuestro dispositivo, existen muchos elementos que se cargan en segundo plano, sin darnos cuenta.
Cuando esto ocurre, lo cierto es que en la mayoría de las ocasiones no solo tendemos a perder velocidad durante el proceso de arranque, sino que incluso posiblemente el rendimiento general del ordenador se verá afectado.
Cómo solucionarlo:
Es conveniente gestionar los ítems de inicio, que son las distintas aplicaciones que tienden a iniciarse en segundo plano cada vez que encendemos nuestro Macbook Pro. Una buena forma de revisar qué es lo que se inicia en esos momentos es acudir a Preferencias del sistema, pulsar sobre Usuarios y grupos y, finalmente, dirigirnos a la pestaña Ítems de inicio.
Una vez hecho esto, aparecerán aquellas aplicaciones que se inician automáticamente al iniciar sesión. Para impedirlo, simplemente desmarcamos la casilla seleccionada.

Cuando existen muchos elementos activos en segundo plano nuestro Mac no es capaz de lidiar incluso con las tareas más sencillas, de manera que acabará yendo bastante lento.
Cómo solucionarlo:
Es conveniente finalizar procesos con la ayuda del Monitor de Actividad, el cual nos muestra qué procesos están consumiendo los diferentes recursos del sistema. Así, si optamos por cerrar, por ejemplo, una determinada aplicación que en esos momentos no nos hace falta, y que necesita mucha potencia de procesamiento, es muy posible que la velocidad del Macbook Pro mejore considerablemente.
Para ello, nos dirigimos a la carpeta de Aplicaciones, y luego pulsamos sobre Utilidades. Justo en este apartado nos encontraremos con el Monitor de Actividad. Pulsamos ahora sobre él, y revisamos la lista de procesos activos y de aplicaciones abiertas en tiempo real.
Haciendo clic sobre la pestaña Memoria que encontraremos situada en la parte superior, y luego sobre la casilla de Memoria, las aplicaciones y procesos se ordenarán de mayor a menor consumo de RAM. Es aquí donde debemos fijarnos, puesto que cuanto mayor sea el número más potencia necesitarán.
Para detener ese proceso o aplicación en concreto tan solo debemos pulsar sobre él, para marcarlo en sombreado azul, y seguidamente pulsar sobre el icono con forma de X.

Si creemos que nuestro Mac funciona lento por la cantidad de almacenamiento disponible (por ejemplo, porque nuestro disco duro se encuentra demasiado lleno), es necesario revisar qué aplicaciones tenemos instaladas, y sobre todo, cuáles ya no usamos desde hace un tiempo.
Cómo solucionarlo:
El proceso es tan sencillo como revisar qué aplicaciones tenemos instaladas, y cuáles no utilizamos nunca. Al menos, será útil para ser conscientes de qué apps se encuentran en el sistema, especialmente si hace tiempo que las instalamos y no nos acordamos de ellas.
Solo debemos abrir el Finder, dirigirnos a Aplicaciones, y podremos ver todas las aplicaciones que se encuentran instaladas en ese momento en nuestro Mac. En caso de querer borrar alguna, tan solo debemos de situarnos sobre ella, pulsar con el botón derecho, y pulsar sobre Trasladar a la papelera.

Cuando nuestro Macbook Pro ya tiene algunos años, lo más probable es que simplemente sea demasiado “viejo”. Y es que cuando el hardware de nuestro Mac suma demasiados años, lo más común es que la velocidad caiga en picado. Y la solución, en la mayoría de los casos, pasa por llevar a cabo medidas drásticas.
Aunque la solución posiblemente no esté en comprar un nuevo Macbook Pro (especialmente si el que tenemos, salvo la lentitud, funciona medianamente bien), en ocasiones es necesario hacer todo lo posible para renovar el hardware, lo que supone hacer una inversión.
Cómo solucionarlo:
No hay duda que una de las alternativas más sencillas es cambiar el disco duro actual por una unidad SSD, en especial si nuestro Macbook dispone de un disco duro convencional. Lo ideal, si el cambio puede llevarse a cabo, es tener como mínimo entre 256 y 500 GB de espacio de almacenamiento. Eso sí, es conveniente que el proceso sea llevado a cabo por un especialista con experiencia, puesto que a la hora de instalar una nueva unidad SSD es necesario abrir la carcasa inferior del Macbook Pro.
También es posible valorar comprar más memoria RAM. Por suerte, hoy en día este tipo de elementos son más económicos que antes.

Aunque no lo creas, contar con un escritorio saturado de archivos puede hacer que nuestro Mac vaya bastante lento, debido a que cada icono del escritorio consiste en una pequeña ventana activa que el macOS debe renderizar y procesar.
Cómo solucionarlo:
El proceso a seguir es tan sencillo como simple. Tan solo debemos organizar los archivos que tenemos repartidos por el escritorio en carpetas, tratando de trasladarlos siempre a otro sitio.