
Una carga de helio y una batería de ión-litio es todo lo que necesita para echar a volar el gigantesco
AirJelly, el último robot creado por la compañía
Festo. Inspirado en una
medusa, este autómata controlado remotamente consta de un
globo de helio del que penden
8 tentáculos. Cada tentáculo tiene una estructura provista de un Fin Ray Effect, un mecanismo semejante a una aleta de pez que funciona de forma peristáltica (contracción ondular) para efectuar los movimientos de desplazamiento.
La misma tecnología le ha servido a Festo para crear
AquaJelly, la versión acuática de este robot. El objetivo principal de la compañía es tener varios robots distintos trabajando de forma cooperativa gracias a un sistema de comunicación basado en onda corta en la superficie y en LEDs bajo el agua.