Una flota de planeadores submarinos en el Atlántico

La gran ventaja de estos instrumentos es que pueden explorar los océanos sin necesidad de motor hasta una profundidad de 1000 metros mientras consumen tan poca energía como la luz de una bicicleta. Cada planeador submarino incorpora instrumentos para medir la temperatura, salinidad, concentración de oxígeno, niveles de clorofila y turbidez del agua del mar. Los datos se envían periódicamente al centro de control. Y para cambiar su rumbo basta con una llamada de teléfono (vía satélite) al robot con los datos de la nueva ruta. De este modo un glider puede llevar adelante una misión autónoma durante semanas, o incluso meses.
La nueva misión que prepara IFM- GEOMAR comenzará a mediados de marzo cerca de la Isla de San Vicente (Cabo Verde), donde la flota de planeadores submarinos estudiará la circulación del agua en la zona y su impacto en los procesos químicos y biológicos.