La fabricación de armas con impresoras 3D alerta a Europa
Después del descubrimiento del que se habría convertido en el primer taller clandestino de fabricación de armas con impresoras 3D en nuestro país, las autoridades europeas están alarmadas.
Recientemente hemos sabido que la policía desmanteló en Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias, España) un taller clandestino en el que se fabricaban armas con impresoras 3D. Concretamente, se encontraron dos impresoras 3D junto con distintas partes de armas, además de una réplica de un rifle de asalto, dos Taser y un machete.
La policía afirmó que también habían encontrado manuales sobre terrorismo y guerrilla urbana (entre los que se encontraban más de 30 manuales sobre cómo hacer explosivos caseros y cómo fabricar armas de fuego a través de impresión 3D), además de material de supremacistas blancos.
El propietario del que se habría convertido en el primer taller de este tipo que se descubre en España, el cual ha sido acusado de posesión ilegal de armas y explosivos, es español y trabajaba como administrador en una residencia de ancianos en la isla.
En un comunicado, la policía indicó que la operación había empezado cuando los investigadores descubrieron que una persona estaba tratando de vender armas de fuego y explosivos a través de Internet.
Dicha investigación los llevó a Tenerife, y cuando los agentes comenzaron a investigar en el taller, encontraron una impresora 3D en pleno funcionamiento, la cual se encontraba justo en esos momentos imprimiendo un armazón de rifle corto que estaba casi prácticamente completo. Y, aunque la operación se llevó a cabo en el mes de septiembre del pasado año, ha sido ahora cuando finalmente ha sido revelada.
Se trata de algo que alarma a las autoridades europeas, especialmente si tenemos en cuenta que, a lo largo de los últimos años, ya se han registrado dos casos similares en otros países de Europa.
En 2019, por ejemplo, un joven de 26 años fue condenado en el Reino Unido por intentar fabricar un arma con impresoras 3D. Y, en el mes de octubre de ese mismo año, un hombre de ideología nazi asesinaba a dos personas en un atentado perpetrado en una sinagoga situada en Halle (Alemania) con armas caseras fabricadas con una impresora 3D.
Como indican los expertos, conseguir una impresora 3D es en realidad tan sencillo como gastarse menos de 300 euros, que es lo que en la actualidad cuestan en el mercado. Luego, hacerse con manuales para la fabricación de armas es igual de sencillo, estando disponible en la ‘deep web’ o incluso en determinadas páginas web aún no identificadas por la policía.
Por tanto, todo ello puede afectar negativamente al control de armas, puesto que las piezas necesarias para la fabricación de armas a través de una impresora 3D no están sometidas a ningún control. Y, lo que es aún peor, no aparecen en ningún registro nacional de armas.