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Los sueños de la académica Nuria Oliver, con la inteligencia artificial

Magistral es la carrera de Nuria Oliver, dedicada a la inteligencia artificial. Y por ella, por el desempeño de su trabajo y sus conocimientos, es la cuarta mujer en entrar en la Real Academia de la Ingeniería. Uno de sus sueños se ha hecho realidad, pero tiene más.

Va a hacer casi un año cuando comencé esta aventura de aprender, desarrollar y escribir acerca de la inteligencia artificial (IA), sus técnicas, los protagonistas que la hacen posible, empresas, científicos, soluciones, … Y hoy es un orgullo para mi hablar de alguien que lleva un año excelso de reconocimientos que ha rematado este mes de diciembre con su nombramiento, y es la cuarta mujer que lo consigue, como Académica de la Real Academia Española de la Ingeniería. Se trata de mi excompañera en Telefónica, y hoy en Vodafone, Nuria Oliver. Fue mi primera entrevista en este blog, allá por el mes de febrero de este año. No voy a recordar sus palabras en aquella charla, más que sabias. Sí lo voy a hacer de algunos pasajes de su discurso de entrada en la Real Academia, a la que ha llegado única y exclusivamente por sus méritos, conocimientos y trabajos que la avalan como una de las mayores autoridades nacionales, y yo añadiría que también a nivel internacional, en el campo de la inteligencia artificial.

Inteligencia artificial: Ficción, realidad y sueños’ fue el título de su discurso de entrada en la Real Academia de la Ingeniería, y en el mismo expresaba su agradecimiento, entre otros, a la Fundación Obra Social la Caixa y a su profesor de tesis Sandy Pentland del MIT, que le pemitieron realizar su doctorado en el MIT Media Lab y llevar a cabo su ‘sueño’. Su primer sueño, ya que después vendrían otros, también realizados con éxito. Como el de ser la primera directora científica en Telefónica I+D, a donde llegó de la mano de Carlos Domingo, en su día CEO de la subsidiaria de la teleco española encargada de la Investigación y el Desarrollo, y donde tuve el placer de coincidir y aprender con y de ella.

Otro sueño, como ella misma señala, fue la oportunidad de trabajar desde su tierra natal, Alicante, y desarrollar su trabajo para Vodafone como directora científica en el área de Datos.“Desde hace aproximadamente veinticinco años he centrado mi actividad investigadora en el modelado computacional del comportamiento humano utilizando técnicas de inteligencia artificial. He trabajado con habitaciones, ropas, coches y móviles inteligentes. He inventado sistemas capaces de reconocer comportamientos o características humanas tales como expresiones faciales, actividades, interacciones humanas, maniobras en la conducción, apnea del sueño, riesgo crediticio, puntos calientes de crimen en las ciudades o incluso el aburrimiento... He construido sistemas interactivos e inteligentes en ordenadores y en móviles, por ejemplo. Gracias a haber desarrollado mi carrera científica en un contexto empresarial, he podido sentir, en primera persona, la felicidad profunda que te inunda cuando consigues que lo que no era más que una idea –a veces incluso un tanto alocada– se convierta en una realidad que puede ayudar a millones de personas”, decía Nuria en su alocución de entrada en la institución académica.

Tras hacer un minucioso e histórico repaso de las orígenes de la IA hasta nuestros días, Nuria Oliver defiende como la disponibilidad de cantidades ingentes de datos, como resultado de la actividad humana a través del uso de servicios digitales, así como los procesos de digitalización del mundo físico, acompañados por la disponibilidad de procesadores muy potentes a bajo coste y el desarrollo de arquitecturas de redes neuronales profundas y complejas y modelos de deep learning entrenados con dichos datos han dado lugar a que la inteligencia artificial viva hoy en día una “primavera perpetua”, según las palabras de su profesor y amigo de Universidad de Stanford Andrew Ng, con quien también coincidió en el MIT.

También Nuria recordó que forma parte del Comité de 9 expertos nombrados por el anterior Secretario de Estado para el Avance Digital, para la elaboración de un libro blanco sobre el Big Data y la IA con recomendaciones estratégicas para el Gobierno de España. Un libro que debería ser publicado antes del verano de 2019, pero del que no se conoce todavía por parte del Gobierno actual cual va a ser su recorrido, máxime cuando la propia Unión Europea, además de China y Estados Unidos, ya traccionan a gran velocidad para que la inteligencia artificial sea uno de los factores desencadenantes de la 4ª Revolución Industrial. Y aunque Nuria no lo diga con estas palabras, España tiene el grave riesgo de colocarse en el vagón de cola del desarrollo de esta tecnología, lo que supondrá un impacto negativo para la Sociedad, el empleo y la economía nacional.

“Como bien sabemos”, dice Nuria Oliver, “los seres humanos solemos ser resistentes al cambio, especialmente conforme envejecemos. Por ello, deberíamos contemplar la posibilidad de la existencia de un colectivo social incapaz de adaptarse a esta necesidad constante de aprendizaje y por tanto carente de las herramientas necesarias para contribuir a la sociedad del mañana. En palabras del historiador Yuval Noah Harari, una ‘clase inútil’”. Y esta es una de las razones por las que Nuria insiste en todos los foros en los que participa, y más aún en su nombramiento como académica, en que la educación es primordial. “Hemos de invertir tanto en educación formal como informal. Si no lo hacemos, será muy difícil, si no imposible, que seamos capaces como sociedad de tomar decisiones sobre tecnologías que no entendemos y que en consecuencia frecuentemente tememos. Coincido plenamente con las palabras de Marie Curie: nada en la vida debería temerse, sino entenderse. Ahora es momento de entender más para así temer menos”.

Y es por ello por lo que nuestra nueva académica reclama que en las etapas de educación obligatoria (primaria y secundaria) se incorpore la asignatura de Pensamiento Computacional, que abarca cinco áreas de conocimiento básicas en un contexto tecnológico: los algoritmos, los datos, las redes, la programación y el hardware. “Algo que ya se hace en muchos países desarrollados, pero no en España”.

Sin embargo, y a pesar de los grandes desafíos que nos esperan con el desarrollo de la inteligencia artificial, los principios éticos para una IA centrada en las personas, es quizá una de las mayores preocupaciones de Nuria en su trabajo actual. “La toma de decisiones basadas en algoritmos entrenados con datos no está exenta de limitaciones. Curiosamente, las palabras de Platón de hace 2400 años están sorprendentemente vigentes hoy en día: una buena decisión está basada en conocimiento, no en números (datos)”.

Dice Nuria que “cuando estas decisiones afectan a miles o millones de personas, surgen dilemas éticos importantes. ¿Escaparán las decisiones automáticas de nuestro control? ¿Qué niveles de seguridad poseen estos sistemas para protegerse de los ciberataques o de un uso malicioso de los mismos? ¿Cómo podemos garantizar que dichas decisiones y/o actuaciones no tengan consecuencias negativas para las personas? ¿Quién es responsable de dichas decisiones? ¿Qué sucederá cuando un algoritmo nos conozca a cada uno de nosotros mejor que nosotros mismos y pueda aprovechar dicho conocimiento para manipular de manera subliminal nuestro comportamiento? Son preguntas que Nuria Oliver lanza a la palestra y que seremos capaces de responder si seguimos los valores que ella mismo indica: Autonomía, Dignidad, Justicia, Solidaridad, Sostenibilidad, Veracidad, Diversidad, Transparencia, Responsabilidad, Fiabilidad, Seguridad, Reproducibilidad, Prudencia y Privacidad.

¿Será nuestro futuro mejor gracias a la inteligencia artificial? “Lo desconozco” dice Nuria. Pero aquí también nos reconoce sus otros “tres sueños para el futuro con IA”. El primero, “Un futuro donde la tecnología y la inteligencia artificial formen parte integral de nuestras vidas, no solo para vivir más, sino sobre todo para vivir mejor”.  El segundo, “que España invierta mucho más en inteligencia artificial que lo que hace actualmente”. Y el tercero, “que cada vez haya más mujeres ingenieras, investigadoras, inventoras, innovadoras en tecnología y académicas de esta Real Academia, que sean excepcionales no por su condición de ser mujeres, sino por la brillantez de sus ideas y el impacto de su trabajo”. Enhorabuena Nuria. Y para los que no tuvieron la oportunidad de escuchar su exposición magistral, ahí va el enlace: discurso de Nuria Oliver

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