Consejos útiles para aprovechar al máximo el uso de varios monitores
El uso de diferentes pantallas puede ofrecer excelentes ventajas no solo a la hora de aprovechar el tiempo de trabajo al máximo, sino que podría sernos de mucha ayuda para conseguir ser un poco más eficientes, especialmente si utilizamos distintas aplicaciones y / o ventanas a la vez.
Si trabajas cada día delante de una pantalla del ordenador, independientemente de cuál sea el sistema operativo que estés utilizando y de la tarea que lleves a cabo (redacción de textos, programación, gestiones administrativas o incluso el simple envío y recepción de correos electrónicos), es muy probable que todavía no hayas descubierto los beneficios -y las ventajas- que proporciona el uso de dos o más monitores.
Lo cierto es que aunque a algunos usuarios bien les pueda parecer un lujo innecesario, la realidad es que disponer de una segunda pantalla puede marcar una enorme diferencia no solo en nuestra propia productividad, sino en absolutamente toda la experiencia cada vez que trabajemos con ella.
Imaginemos que eres periodista y cada día debes escribir varios artículos. Y ahora que el teletrabajo ha pasado a convertirse en una opción esencial para muchas empresas, es de suponer que parte de tu actividad laboral la lleves a cabo desde casa. Si es así, es muy posible que utilices un ordenador portátil, un ordenador de sobremesa con un solo monitor, o incluso un todo en uno (un ordenador que en un dispositivo incluye pantalla y todo el hardware necesario para su funcionamiento, al más puro estilo iMac). También imaginemos que, a la hora de escribir, utilizas distintas fuentes.
¿Te imaginas cómo sería tu trabajo si esas fuentes las sitúas en un monitor, y el procesador de textos lo colocas en la otra pantalla? Sería una función similar a la que desde hace algunos años han incorporado algunos sistemas operativos, y que ofrecen la posibilidad de dividir una misma pantalla en dos, para repartir las aplicaciones a nuestro gusto -o según nuestras necesidades-, cada vez que lo deseemos.
Y es evidente que las ventajas serían muchísimas. Por ejemplo, ahorrarías tiempo porque no tendrías que deslizarte continuamente por diferentes ventajas para consultar la información. Por lo que no solo ahorrarás tiempo, sino que es muy probable que tu trabajo se vuelva mucho más productivo, aprovechando al máximo las horas que dedicas a tu actividad laboral. Pero, ¿de qué forma podemos configurarlo y qué cosas podemos hacer con esta opción?
Organizando nuestra pantalla principal
Tanto Windows como macOS nos ofrece la posibilidad de seleccionar nuestra pantalla principal, que es aquella donde ocurre gran parte de la acción principal. Por ejemplo, es donde encontramos la barra de menús (en macOS) y la barra de tareas (en Windows), donde aparecen los cuadros de diálogo de manera predeterminada y donde, también, encontraremos las diferentes ventajas de la aplicación.
El sistema de configuración nos ofrece la posibilidad de situar el segundo monitor en la posición en la que aparentemente lo tendríamos realmente colocado. Y esto tiene un sentido básico: cuando lo vamos a utilizar, necesitaremos arrastrar la ventana que deseemos integrar en él, por lo que es conveniente que la configuración de situación sea lo más parecida posible a la instalación original de esa segunda pantalla. De esta manera, la función de arrastrado será tan simple como efectiva.
En macOS, debes acudir a Preferencias del sistema (desde el menú de Apple), luego escoger Pantalla y finalmente pulsar en Disposición. Solo tendrás que arrastrar la barra de menú blanca desde la pantalla actual a la pantalla que deseas establecer como la nueva pantalla principal.
En Windows, debes acceder a Configuración, y luego elegir Sistema y Pantalla. Selecciona la pantalla que desees que funcione como la principal, y solo tendrás que marcar la casilla Hacer de esta mi pantalla principal.

Ventajas al trabajar con varias pantallas a la vez
Administrando las ventanas
Es cierto que administrar diferentes ventanas abiertas de aplicaciones en dos o más pantallas puede llegar a ser tremendamente complicado. Por suerte, existen distintas herramientas, desarrolladas por terceros, que facilitan enormemente la tarea. En macOS, la aplicación Magnet se convierte en una de las opciones más útiles, que ofrece la posibilidad de ajustar ventanas a los lados y a las esquinas de la pantalla, independientemente de cuántas pantallas tengamos. Eso sí, no es gratuita, aunque su precio económico (apenas 3,99 euros) hace que sea una posibilidad bastante interesante.
No obstante, si no deseas utilizar una app de terceros siempre puedes optar por la función de Split View, disponible desde OS X El Capitan, y que permite seleccionar las ventanas en espacios separados, aunque solo dos como máximo.
Si en lugar de macOS utilizas Windows, DisplayFusion se convierte en otra excelente opción, que ayuda a conseguir un control mucho más preciso sobre cómo podemos administrar las ventanas en distintas pantallas. Su precio, sin embargo, es algo más caro: 29 dólares por ordenador (24,86 euros al cambio).
Cuidado con la configuración de resolución
En muchas ocasiones, sobre todo a la hora de conseguir que el trabajo sea lo más cómodo posible, lo aconsejable es utilizar dos monitores idénticos instalados uno al lado del otro. Sin embargo, no siempre es del todo posible, por lo que las dos pantallas dispondrán de distintos tamaños y resoluciones.
Aunque tanto Windows como macOS son capaces de administrar esta disparidad de forma prácticamente automática, llevar a cabo algunos ajustes en la configuración puede ser de mucha ayuda para mejorar la experiencia del usuario.
En macOS debes abrir el menú Apple, acceder a Preferencias del Sistema y luego a Pantallas. Debajo de las dos pestañas de Pantalla puedes ajustar la resolución, la rotación e incluso la frecuencia de actualización de las mismas, aunque para ello es necesario hacer clic primero en Escalado.
En caso de que estés usando Windows, debes acceder a Inicio, Configuración y luego escoger Sistema y Pantalla. Elige aquella pantalla para la que deseas modificar la configuración, siempre en la parte superior, y luego usa las opciones Resolución y Orientación.
Utilizando un iPad como pantalla secundaria
No obstante, también es posible que no desees gastar más dinero comprando un segundo monitor. Si es así, dispones de un iPad en casa y también de un Mac Mini, iMac o Macbook con macOS Catalina, entonces puedes optar por usar la función Sidecar.
Esta funcionalidad permite configurar un iPad como si de una segunda pantalla para el Mac se tratara, sin la necesidad de utilizar cables.
Pero si no dispones de un iPad, posees una tableta Android o usas Windows, también existen opciones como Air Display, que puede funcionar mediante USB o de manera inalámbrica. O bien Luna Display, la única solución de hardware que convierte cualquier iPad o Mac en una segunda pantalla inalámbrica mediante WiFi o USB.