¿Continúa siendo Parallels la mejor opción para ejecutar Windows en Mac?
Parallels consiguió revolucionar el mundo Macintosh allá por el año 2006, cuando presentó por primera vez la posibilidad de utilizar Windows (y aplicaciones diseñadas para este sistema operativo) dentro de Mac, de forma totalmente virtual, sin necesidad de instalarlo en el disco duro. Analizamos si todavía sigue siendo útil.
Lanzado oficialmente el 15 de junio de 2006, Parallels se convirtió en el primer software que hizo posible llevar la virtualización convencional a los ordenadores Macintosh que utilizaban la arquitectura Apple-Intel. Por aquel entonces su nombre era 'Parallels Workstation para Mac OS X', aunque posteriormente fue bautizado con el nombre de ‘Parallels Desktop para Mac’, especialmente después de las críticas dentro de la comunidad Mac.
En resumidas cuentas, Parallels es una opción útil para ejecutar aplicaciones de Windows en un Mac con OS X, todo ello sin la necesidad de reiniciar el ordenador ni instalar Windows en una partición del disco duro (como ya te explicábamos en una ocasión anterior, lo que es posible mediante el Asistente de BootCamp, desarrollado por la propia Apple).
Mientras que hace unos meses se encontraba disponible una nueva versión de esta herramienta de virtualización, que además trajo consigo soporte para las próximas funciones de macOS Catalina, hoy nos preguntamos si continúa siendo la mejor forma de ejecutar Windows en un ordenador de Apple.
¿Qué es exactamente Parallels? ¿Y para qué sirve?
Si todavía eres un no iniciado, Parallels se convierte en una opción útil para todos aquellos usuarios que disponen de un iMac, Mac Mini o Macbook, y desean o necesitan utilizar Windows. En este sentido, este software lo que hace es ejecutar el sistema operativo de Microsoft en un entorno virtual, convirtiéndose por tanto en una gran aplicación: tan pronto como desactivamos Parallels, tanto Windows como todo lo que hayamos instalado en él desaparece hasta que volvamos a iniciar Parallels de nuevo.
Es un enfoque de máquina virtual sumamente sencillo y simple, que también nos ofrece la posibilidad de saltar rápidamente entre macOS y Windows siempre que sea necesario, sin reiniciar el sistema, como por ejemplo sí deberíamos hacerlo en un sistema clásico de arranque dual (como es el caso de BootCamp).
Lo nuevo en Parallels 16
Nos encontramos ante una opción optimizada para las actualizaciones de Windows 10 más recientes, y que también contará con soporte para el esperado macOS Big Sur, una vez se encuentre disponible. Big Sur estará disponible este otoño, y desata el poder del sistema operativo desarrollado por Apple con un nuevo e innovador diseño, garantizando una experiencia única en el Mac.
De acuerdo a su desarrollador, Parallels Desktop 16 es más rápido, dispone de integración mejorada, gráficos mejorados con DirectX hasta un 20% más rápidos y compatibilidad mejorada con OpenGL 3 (para Windows y Linux), pudiendo ejecutar un mayor número de aplicaciones y juegos.

Parallels en Mac OS X
Entonces, ¿vale la pena? Si necesitamos ejecutar Windows o aplicaciones de Windows en nuestro Mac, la respuesta todavía hoy continúa siendo sí, aunque con salvedades. Durante 14 años y 16 ediciones, Parallels se ha vuelto cada vez más estable, intuitivo y hábil. Y ahora incluso es más capaz de ejecutarse en hardware antiguo, pudiendo ejecutar programadas de Windows como aplicaciones independientes dentro de macOS si lo deseamos.
Y también está repleto de funciones y toques útiles. Por ejemplo, es posible compartir carpetas y accesos directos del escritorio en macOS y Windows, copiar y pegar entre ambos sistemas operativos o iniciar aplicaciones de Windows desde Mac. Y lo que es aún más interesante: disponemos de un gran control sobre los recursos que puede usar la máquina virtual.
También es justo decir que ocasionalmente surgen errores y problemas que es necesario tener en cuenta. Por ejemplo, la conectividad WiFi puede ir algo lenta, aunque es cierto que sus ventajas son muchísimas.