Este es el plan de Rusia para censurar las redes sociales occidentales
El país tiene una política férrea con respecto a lo que sus ciudadanos consumen en la red.
Google y Meta se enfrentan a la amenaza de multas multimillonarias por no eliminar el contenido que el gobierno ruso considera ilegal en su territorio, pero si nos fijamos más de cerca, y prestamos atención a los documentos de la justicia rusa, éstos revelan que a menudo este contenido declarado ilegal son simplemente publicaciones sobre protestas en apoyo del líder opositor encarcelado Alexei Navalny.
En el verano de 2018, un poeta ruso que escribía bajo el seudónimo de Siberian Viking publicó una caricatura en su cuenta de Facebook. Mostraba el águila bicéfala del escudo de armas ruso, con las cabezas de pájaro reemplazadas por las caras del presidente Vladimir Putin y el entonces primer ministro, Dmitri Medvedev. Junto a él había un poema corto, en el que se alegaba que el águila era dos veces más codiciosa que los demás, mentía el doble y realizaba vigilancia con cuatro ojos. Terminaba con un alegato: "¿Cuándo despertarán los rusos para eliminar a esta bestia?"
Una censura de hierro
El gobierno ruso le dijo a Facebook que eliminase la publicación debido a su "flagrante falta de respeto hacia el estado, la constitución y el presidente de la Federación Rusa". Facebook no cumplió, y la publicación apareció en una de las más de 60 demandas iniciadas contra las redes sociales occidentales en Rusia este año, lo que resultó en multas de más de 2 millones de euros.
No está claro cuántas multas se han pagado realmente. Pero los casos ponen de relieve la dificultad de operar en un país donde se imponen restricciones a la libertad de expresión y la actividad política. Por ejemplo, en un fallo judicial de junio del año pasado, la Fundación Anticorrupción encabezada por el líder opositor encarcelado Alexei Navalny fue declarada como una organización "extremista", comparable a la de los talibanes o del grupo terrorista yihadista Estado Islámico.
Según el jefe de la comisión reguladora de medios de comunicación rusos, Andrei Lipov, las empresas de redes sociales están obligadas a encontrar y eliminar "las cosas más peligrosas", que enumeró en una entrevista con el periódico Kommersant como "pornografía infantil, suicidio, drogas, extremismo y falsificación Noticias".
Pero un examen minucioso de las aproximadamente 400 publicaciones enumeradas en los procedimientos judiciales contra Google, Facebook, Instagram y Twitter revela que solo nueve se refieren al abuso infantil o las drogas, y solo 12 se refieren al suicidio. La abrumadora mayoría son llamadas para asistir a manifestaciones pro-Navalny.
La presión sobre las empresas de redes sociales se remonta a 2015, cuando entró en vigor una ley que las obligaba a almacenar los datos personales de los usuarios rusos en territorio ruso y le otorgaba al gobierno el poder de multarlos o cerrarlos por no hacerlo. Ninguna de las empresas occidentales ha cumplido, lo que provocó el cierre de LinkedIn en 2016. Google, Meta y Twitter han sido multadas colectivamente con más de 600.000 euros desde principios de 2020. Los esfuerzos para controlar la difusión de información indeseable en las redes sociales son frenéticos.