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Recoger fresas no es un trabajo sencillo, pero este robot ya es capaz de hacerlo

Algunas labores del campo aparentemente sencillas son bastante complejas, como es el caso de la recolección de fresas. Sin embargo, ya hay un robot que lo hace con la habilidad de un humano.

El trabajo de recolección de fresas es tedioso y agotador. Requiere que miles de trabajadores mal remunerados se pasen horas caminando a través de campos de fresas, encorvándose para recoger los frutos maduros, examinando los que se pueden coger y los que no, usando los dedos con destreza para arrancar el fruto sin malograr la planta, etc.
Como es un trabajo tan exigente y tan mal pagado, cada vez resulta más difícil encontrar a personas dispuestas a hacerlo, y muchos agricultores han visto cómo se pudre la fruta en sus tierras al no lograr recolectarla. En California, por ejemplo, los agricultores aparentemente pierden alrededor de una quinta parte de los cultivos debido a la falta de mano de obra.
Un robot creado por la startup Traptic, con sede en California (el estado productor de fresas más grande de Estados Unidos), promete solucionar esta situación. Su nombre es Ceres.

Una tarea difícil de automatizar

Traptic

TrapticTraptic

La automatización ya se ha aplicado a varios cultivos básicos diferentes. Cultivos como el del trigo y el maíz son cosechados rutinariamente por máquinas. Las fresas y otras frutas, sin embargo, presentan un desafío único: son demasiado delicadas para la mayoría de las máquinas.
El mayor problema de la recogida de la fresa es que requiere tantas habilidades distintas y adaptarse a tantas situaciones cambiantes que resulta un proceso extremadamente difícil de automatizar. Solo un ser humano es capaz de hacerlo con la suficiente destreza.
Sin embargo, Traptic ha logrado programar algoritmos de inteligencia artificial que ya son capaces de realizar esta tarea con una habilidad pareja a la humana. El dispositivo creado por Traptic es un robot que se puede instalar en un pequeño tractor y que, mediante sus algoritmos de reconocimiento visual, puede identificar entre el follaje los frutos que deben recogerse.
Para comprobar si la fresa está lo suficientemente madura, también los algoritmos comprueban su color. El sistema de visión utiliza cámaras 3D y redes neuronales para, además, ser capaz de determinar la posición con un margen de milímetro de error. Finalmente, si el fruto está bien, entonces un brazo mecánico lo recoge con la suficiente pericia como para no dañar ni la planta ni la fresa.
En la punta del brazo robot también hay un elemento importante: una pinza. Esta pinza personalizada es uno de los elementos más exclusivos del sistema, pues es lo suficientemente rígida como para arrancar las fresas, pero lo suficientemente suave como para no aplastarlas en el proceso. Para ello, la base metálica de las garras está reforzada por bandas de goma que tienen suficiente elasticidad como para adaptarse a las formas irregulares de las frutas.
Actualmente, Ceres está siendo probada por agricultores en el norte y el sur de California, climas distintos que permiten evaluar su habilidad en el cultivo de fresas durante todo el año.
Otras compañías que trabajan en cosechadoras robóticas de fresas incluyen Agrobot, CROO Robotics y Advanced Farm Technologies (AFT), que también ha comercializado su robot de recolección de fresas T-6 y ya se está utilizando en California. Por su parte, Traptic está planeando ir más allá de las fresas: quiere que sus algoritmos sirvan para trabajar en toda clase de cultivos, con independencia de la dificultad que supongan.

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