Un cibertraje ayuda a los discapacitados a caminar
El exoesqueleto Phoenix devuelve la movilidad a algunos parapléjicos, que pueden andar con él entre cuatro y ocho horas al día.
La silla de ruedas es, a menudo, el único medio que permite desplazarse a muchas personas que han quedado paralizadas de cintura para abajo. Ahora, un equipo de investigadores del Laboratorio de Ingeniería Humana y Robótica de la Universidad de California, en Berkeley, coordinados por el profesor de Ingeniería mecánica Homayoon Kazerooni, ha presentado un nuevo traje robotizado con el que algunos de estos discapacitados pueden volver a caminar.
Kazerooni y sus colaboradores llevan más de una década investigando el desarrollo de distintos exoesqueletos, unos armazones electromecánicos que, en esencia, potencian los movimientos de quienes se los ponen. El último dispositivo ideado por estos expertos, el más ligero y ágil que han construido hasta el momento, es un ingenio modular denominado Phoenix que permite al usuario montar y quitar cada una de sus piezas fácilmente, pues la idea es que pueda ponérselo y quitárselo por sí solo.
El Phoenix cuenta con dos motores en las caderas y pesa poco más de 12 kilos. Una persona equipada con él podría moverse a una velocidad de unos 50 centímetros por segundo, si bien esta se puede modificar para que sea algo mayor. Para controlarlo, su portador acciona unos botones integrados en unas muletas que se conectan con el resto de la estructura.
Con una única carga, la máquina otorga una autonomía de cuatro horas si se usa continuamente y hasta de ocho si se hace de forma intermitente. Además, puede ajustarse en función de la talla del usuario y para que cada persona pueda configurar a su gusto algunos movimientos básicos, como levantarse, sentarse o andar. Es más, se puede llevar incluso si se utiliza una silla de ruedas.
"De momento, no podemos sanar a estas personas, pero sí podemos mejorar su calidad de vida y evitar en la medida de lo posible que desarrollen otras dolencias que pueden surgir como consecuencia de permanecer continuamente sentados en una silla", indica Kazerooni. El Phoenix, que construye la firma SuitX, dirigida por este mismo profesor, ronda los 36.000 euros.
Imagen : SuitX