Amigo robot

Suele decirse que la empatía, la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos, es lo que nos hace humanos. La desarrollamos hacia otras personas, y también hacia los animales, y estos –al menos los más inteligentes, como los primates– también la sienten, como han probado diversas investigaciones. Pero ¿nos sucede lo mismo con los robots? ¿Podemos identificarnos con sus “sufrimientos” y “sensaciones”? La pregunta resulta pertinente ahora que la Inteligencia Artificial y la robótica trabajan en el desarrollo de máquinas cada vez más complejas y parecidas a nosotros.

Ahora, un equipo formado por científicos de la Universidad de Tecnología de Toyohashi (Japón) y psicólogos de la Universidad de Kioto ha proporcionado la primera prueba fisiológica de que los humanos empatizamos con el dolor robótico. Para lograrlo, los investigadores realizaron electroencefalografías a quince adultos sanos mientras estos observaban fotos de las manos de robots y personas en situaciones neutras o dañinas (por ejemplo, recibiendo cortes con un cuchillo).

Las encefalografías midieron las señales cerebrales ligadas a la percepción de esas situaciones y revelaron que la actividad neuronal era similar tanto para el daño sufrido por las personas como para el que afectaba a las máquinas humanoides. De todas formas, los resultados sugieren que el proceso cognitivo que nos lleva a sentir empatía es algo más débil con los robots, lo que podría deberse a nuestra incapacidad para identificarnos con las anatomías artificiales de las máquinas, tan distintas de las nuestras.

En cualquier caso, este estudio abre una vía para el desarrollo de robots hacia los que sintamos simpatía y con los que nos encontremos a gusto y confiados.

Imagen: Universidad de Tecnología de Toyohashi