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Con 6G, ¿todo será distinto?

Qué locura. Hablar del 6G cuando ni tan siquiera tenemos 5G. Pero voy a cometerla, influido por lo que dicen los analistas y expertos, y aquí van algunas ideas sobre lo que nos espera en diez años.

Vaya pregunta. Adivinar lo que pasará dentro de diez años, o más, en este apasionante universo de la tecnología y las telecomunicaciones. Hablamos de, más o menos, el año 2030, en el que veremos como una nueva tecnología, la de la 6ª Generación, se empezará a desplegar en algunos países como Japón y Corea, claro, que serán los primeros en experimentar con ella. Los demás tendremos que esperar, como ahora lo hacemos con el 5G, el de verdad, que este año 2020 lo mismo empezamos a disfrutar.
 
Si bien los teléfonos inteligentes se han convertido en una parte indispensable de nuestras vidas, los rápidos avances en nuevas tecnologías de visualización, dispositivos de detección e imagen y procesadores especializados de baja potencia están introduciendo una nueva era en la que los dispositivos se integran perfectamente con nuestros sentidos y nuestro cuerpo. Las tecnologías de realidad virtual (VR) realidad aumentada (AR) y de realidad mixta (MR) se están fusionando para abarcar pantallas portátiles y mecanismos de interacción que crean y mantienen ilusiones perceptivas. Los usuarios aceptan ya también una versión alternativa de la realidad que mejora su capacidad de consumir medios, buscar en Internet, explorar mundos reales y virtuales, colaborar en proyectos de trabajo, conectarse con familiares y amigos y participar en actividades restaurativas.

Es probable que las experiencias de realidad mixta se transmitan con gafas livianas que proyectan imágenes en los ojos con una resolución, velocidad de frases por segundo y rango dinámico sin precedentes. Además, se proporcionan comentarios a otros sentidos a través de auriculares e interfaces táctiles. Las tecnologías de soporte necesarias incluyen hoy dispositivos de imágenes como campo de luz, panorámicos, sensores de profundidad y cámaras de alta velocidad; biosensores para monitorizar condiciones de salud tales como la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la actividad neuronal; procesadores especializados para gráficos por ordenador, visión por computadora, fusión de sensores, aprendizaje automático e inteligencia artificial (IA), ya sea en el dispositivo o en la infraestructura de la red; o tecnologías inalámbricas que incluyen posicionamiento y detección.

Volver pequeñas las grandes distancias

Durante siglos, la gente ha buscado formas de sentirse más cerca a grandes distancias. Desde el servicio postal hasta el telégrafo, el teléfono y el chat de video, nuestras expectativas de comunicación e interacción remotas continúan evolucionando. La telepresencia, como un sustituto de los viajes reales, finalmente se está convirtiendo en una realidad con la velocidad de desarrollo sin precedentes en las tecnologías de soporte: imágenes y sensores de alta resolución, pantallas portátiles, robots móviles y drones, procesadores especializados y redes inalámbricas de próxima generación.

Se puede lograr una sensación de presencia mediante la captura, transmisión y representación en tiempo real de una representación holográfica en 3D de cada participante en una reunión, o mediante combinaciones de representaciones gráficas, como avatares, y datos de movimiento capturados por sensores. Las ilusiones perceptivas son creadas por dispositivos de realidad mixta que convencen a un grupo de personas geográficamente distribuidas de que están en la misma ubicación, lo que podría ser un entorno real o virtual.

Trabajo y comunicación en remoto

Con sistemas autónomos y robots, las personas pueden incluso realizar cambios en el mundo remoto. Las personas pueden comunicarse a través de mecanismos familiares como el habla y el lenguaje corporal, o mediante dispositivos especializados, análogos a un mouse de PC, optimizados para la comodidad, precisión y eficiencia en los mundos 3D. Las aplicaciones ejemplares incluyen educación a distancia, diseño colaborativo, telemedicina, teletrabajo, simulación 3D avanzada y capacitación y defensa.

Vehículos autónomos

Y los vehículos autónomos para el transporte y la logística ecológicamente sostenibles serán posibles gracias a los avances en redes inalámbricas y en inteligencia artificial.

El mundo en 2030, y más allá, prevé muchos millones de vehículos autónomos que operarán con diferentes grados de coordinación para hacer que el transporte y la logística sean lo más eficientes posible. Estos vehículos podrán ser coches autónomos que mueven personas entre sus hogares y lugares de trabajo o escuelas, camiones autónomos o, por ejemplo, drones que entregan bienes. Para 2030, se espera que las compras en Internet dominen en los países desarrollados, lo que provocará la necesidad de entregar millones de paquetes desde almacenes a hogares individuales.

La eficiencia será importante no solo para mejorar la productividad global sino también para alcanzar los objetivos de sostenibilidad al reducir el consumo de combustibles fósiles. Aún más urgente que la eficiencia será la seguridad. Con el aumento del uso de vehículos autónomos, no debería haber un aumento en el daño a las personas debido a los accidentes, sino todo lo contrario. De hecho, el objetivo debería ser reducir las actuales tasas mundiales de mortalidad y lesiones. Los avances en sensores, fusión de sensores y sistemas de control continuarán mejorando la seguridad.
 
¿Y los smartphone? ¿Cómo serán? Puestos a inventar y especular, desaparecerán los factores de forma actuales. Ya no serán iguales, o casi, todos los móviles inteligentes, como ocurre ahora. Llevaremos sensores y chips repartidos por la ropa, por el cuerpo, por las cosas que llevamos encima, como las gafas o los relojes, en nuestras mascotas, … Y se conectarán con todo y con todos, para conformar un universo de comunicación inteligente en el que la ubicuidad será lo relevante. Hasta entonces, hasta dentro de diez años, seguiremos contando los avances.

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