Todas las claves del virus chikunguña
Se trata de una enfermedad transmitida por el mosquito responsable del dengue o la fiebre amarilla. ¿Es mortal?

La fiebre chikunguña fue descrita por primera vez durante un brote en el sur de Tanzania en 1952. ‘Chikungunya’ en el idioma Kimakonde significa ‘doblarse’, lo que alude al aspecto encorvado que suelen presentar los pacientes debido a los fuertes dolores articulares. Esta enfermedad tiene como vehículo un virus transmitido por la picadura de un mosquito infectado. No existe cura ni vacuna para este virus, por lo que los tratamientos se centran en aliviar los síntomas.

El virus se transmite a través de la picadura de mosquitos que se alimentan de una persona que tiene el virus -y por tanto se infectan- como el Aedes aegypti o el Aedes albopictus (presente en la costa mediterránea). El mosquito infectado pica a una persona y esta puede contagiarse. De ninguna forma se transmite por contacto físico, por consumo de alimentos o por vía respiratoria.

Para empezar fiebre y fuertes dolores articulares, pero también dolores musculares o de cabeza, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas. En personas mayores de 65 años todos estos síntomas pueden contribuir a la muerte del paciente (la enfermedad no es la causa mas ayuda a ello) pero, lo habitual, es que se desarrollen síntomas leves que pueden durar desde varios días a meses o incluso años. La tasa de mortalidad de esta fiebre está entre el 0,3 y 1 paciente por cada 1000 infectados.

El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades confirmó hace unos días el primer caso en España de chikunguña, concretamente en un hombre de 60 años residente en Gandía. El mosquito que transmite en la enfermedad, Aedes albopictus, ha estado presente en Valencia desde 2013, zona que además posee un clima propicio para su transmisión.

Para prevenir el contagio hay que eliminar o destruir los criaderos del mosquito en aquellas zonas donde se haya detectado la circulación y, a un nivel más cercano, evitar conservar agua en recipientes que se encuentren en el exterior del hogar para evitar que se conviertan en criaderos de mosquitos; también se recomienda tapar los depósitos de agua, no acumular basura y utilizar mosquiteros en las ventanas.