Tres mitos médicos peliagudos

Tampoco tienen razón quienes advierten que al arrancarnos una cana nos saldrán siete nuevas. Lo que sí es cierto es que las situaciones de intenso estrés y las "penas" hacen que aumente la cantidad de pelo blanco o gris, según corroboran diversos estudios científicos.
Por otro lado, ni el cabello ni las uñas crecen después de muertos. Según los dermatólogos, esta falsa creencia se explica porque la deshidratación del cuerpo de un difunto puede hacer que se retraiga la piel, creando la ilusión óptica de que tejidos como el pelo o las uñas aumentan de tamaño.