No hay felicidad sin dolor

Según explican Ryan Howell y sus colegas en la revista Journal of Happiness Studies, las personas implicadas en actividades que fomentan la competencia, ya sea en la escuela, en el trabajo o en el gimnasio, son menos felices durante unos momentos en los que, además, están sometidos a altos niveles de estrés. Sin embargo, una vez concluye la jornada, las habilidades adquiridas le proporcionan más felicidad y satisfacción que a otros sujetos. Los hallazgos sugieren que el proceso de volverse eficiente en algo exige ?dolor? si queremos obtener bienestar a posteriori.