Nacer en invierno puede afectar a tu salud mental

En sus experimentos, McMahon y sus colegas hicieron crecer a dos grupos de ratones durante tres semanas en ciclos de luz propios del verano (16 horas de luz y 8 horas de oscuridad) y en ciclos de invierno (8 horas de luz y 16 de oscuridad). Un tercer grupo creció con 12 horas de luz y 12 de oscuridad. Analizando sus cerebros, los científicos comprobaron que la actividad del núcleo supraquiasmático (NSQ), donde se aloja el "reloj biológico", variaba según la exposición a la luz. Así, los nacidos en verano tenían un pico de actividad en las neuronas de esta región al amanecer, que continuaba durante diez horas. En los nacidos en invierno el pico de actividad se demoraba hasta una hora después del amanecer y podía prolongarse 12 horas más (en lugar de 10) tras los cambios de estación. Según McMahon, esto significa que los ratones nacidos en invierno exageraban la respuesta al cambio de estación, lo cual guarda un enorme parecido con lo que sucede en el trastorno afectivo emocional que sufren algunas personas al comenzar el invierno.