Los prejuicios raciales condicionan inconscientemente nuestras decisiones

En sus experimentos, Phelps y sus colegas pidieron a 50 participantes de diversas razas que valoraran de forma "intuitiva" la fiabilidad de los individuos representados en más de 300 fotografías de hombres de raza negra, blanca, asiática, hispana y mestiza, en una escala del uno al nueve. Los investigadores descubrieron que las actitudes raciales implícitas de los participantes predecían desigualdades en la fiabilidad percibida de las caras negras y blancas. Los individuos cuyas pruebas demostraron un sesgo más fuerte hacia las personas de raza blanca eran más propensas a juzgar a los rostros de raza blanca como más fiables que el resto, con independencia de la raza del participante, las creencias explícitas o la tendencia política.
En un experimento similar, los autores les pidieron a otro grupo de participantes que participaran en un juego que implicaba invertir dinero en un compañero, que podría compartir entonces una parte de lo conseguido o quedárselo todo. Los autores descubrieron que los sesgos raciales implícitos de los participantes -pero no sus creencias explícitas ni su propia raza-, permitían predecir las desigualdades raciales en la cantidad de dinero que deseaban invertir en sus compañeros. Estos prejuicios inconscientes entran en juego cuando evaluamos rápidamente a un desconocido del que no tenemos más información, asegura Phelps.