Giros del corazón y pliegues cerebrales

Según el investigador Larry A.Taber, en las primeras fases de desarrollo del embrión el corazón y el cerebro empiezan como simples tubos. A medida que se desarrollan, el corazón es sometido a sucesivos giros hasta conseguir su forma definitiva, mientras que el cerebro se pliega. "No estamos seguros de las similitudes entre los giros del corazón y los pliegues cerebrales", dice Taber. "Pero todo apunta a que, durante el desarrollo embrionario, las neuronas y las células cardíacas usan las mismas herramientas básicas", añade. Aunque, eso sí, con distinto resultado.
En estos momentos, Taber y su equipo analizan con técnicas de neuroimagen el cerebro de los hurones, que son los mamíferos más pequeños conocidos que muestran pliegues y surcos en su cerebro, y en los que, curiosamente, el "plegado" ocurre después del nacimiento.
Entender la formación de los pliegues cerebrales ayudará a explicar por qué enfermedades como la esquizofrenia o el autismo están relacionadas con surcos "anormales" de la superficie cerebral. O por qué, en contraste, la falta de un pliegue en el cerebro de Albert Einstein pudo ser la responsable de su genialidad.
Washington University (www.wustl.edu/)