El rechazo social perjudica la salud

Además, los análisis por resonancia magnética del cerebro de los participantes mostraron que los niveles inflamatorios más elevados estaban asociados a una mayor actividad cerebral en las áreas que responden al estrés social, concretamente la corteza cingulada dorsal anterior y la ínsula, vinculada a emociones básicas como odio, miedo, felicidad y tristeza. "Esto constituye una evidencia más de que nuestro cuerpo y nuestra mente están íntimamente conectados?, asegura Slavich, que publica su investigación hoy en la revista PNAS.
Como explicación a la excesiva respuesta inflamatoria del organismo tras la exposición al rechazo social, Slavich sugiere que se debe a que el cuerpo humano se prepara automáticamente para un posterior ataque físico. Las citoquinas que regulan el sistema inmune y producen inflamación se liberan para reducir el riesgo de infección en caso de agresión.