
Un estudio realizado por los psicólogos Jens Förster, Kai Epstude y Amina Özelsel, de la Universidad de Amsterdan, revela que el
amor cambia nuestro modo de pensar y potencia la
creatividad. En concreto, los experimentos de Förster y su equipo muestran que el sentimiento amoroso favorece el
procesamiento global de la información, que se realiza sobre todo en el
hemisferio derecho del
cerebro, potenciando el pensamiento creativo a la vez que
inhibe el pensamiento analítico.
Según los investigadores, este efecto es opuesto al del
deseo sexual, que incrementa el pensamiento analítico y reduce la creatividad. Los investigadores atribuyen estas diferencias a que el amor romántico requiere tener una perspectiva a largo plazo, mientras que el
sexo prepara al cerebro para una perspectiva a corto plazo, "aquí y ahora".