Antenas a flor de piel

Según publica la revista Physical Review Letters en su último número, la clave está en los conductos sudoríparos, que funcionan como una red de millones de diminutas "antenas" enterradas dentro del órgano corporal más grande,: la piel. "Cuando se llenan de sudor, pueden conducir la electricidad y se convierten en auténticas bobinas eléctricas que absorben las radiaciones con longitudes de onda inferiores a un milímetro", aseguran los autores.
Si se miden estas longitudes de onda, los científicos pueden calcular cómo y dónde está sudando una persona. Midiendo este sudor también es posible, según ha demostrado Agranat, calcular la presión sanguínea y el puso de un sujeto manera remota.
Aunque la tecnología ya ha sido patentada, sus creadores aseguran que aún queda mucho camino por recorrer antes de determinar su verdadero potencial.