Los problemas sexuales más comunes (y cómo solucionarlos)
Variables de tipo emocional o psicológico son la causa más frecuente de los problemas sexuales, desde una mala educación sexual, hasta expectativas que no se corresponden con la realidad, complejos e inseguridades. Repasamos los problemas sexuales más comunes y te ayudamos a darle solución, de la mano de expertos.
En términos de sexualidad, no hay una manera correcta de hacer las cosas. Cada persona vive su sexualidad de maneras distintas, y todas ellas son válidas, siempre y cuando no impliquen un daño propio o ajeno, o sean un impedimento para el desarrollo satisfactorio de otras áreas de la existencia. Pero, en ocasiones, la sexualidad se vuelve un terreno complejo, que puede ser fruto de problemas derivados de complejos, inseguridades, malentendidos... También puede ocurrir que algunos factores biológicos sean el origen de algunos problemas sexuales.
Los problemas sexuales pueden clasificarse por su origen, según sea fisiológico, psicológico y social. Pero cualquier problema dado también suele implicar al resto de áreas: un problema fisiológico, por ejemplo, producirá efectos psicológicos, y estos pueden dar lugar a algunos desajustes sociales.
Los problemas fisiológicos de una naturaleza específicamente sexual son bastante escasos. Solo una pequeña minoría de personas padece enfermedades o desarrollo deficiente de los genitales o esa parte de la neurofisiología que rige la respuesta sexual. Sin embargo, otras enfermedades como el cáncer, la diabetes, la obesidad... pueden provocar puntualmente alteraciones en la sexualidad, provocando, por ejemplo, una disminución del deseo sexual, o incluso influir en la calidad de las erecciones.
Muchas personas experimentan en algún momento de su vida problemas sexuales que son subproductos de otras patologías o lesiones. Pero los problemas de origen emocional o psicológico son la causa más frecuente de los problemas sexuales, desde una mala educación sexual, hasta creencias equivocadas sobre la sexualidad, expectativas que no se corresponden con la realidad, complejos e inseguridades. Afortunadamente, la gran mayoría de los problemas sexuales fisiológicos se resuelven mediante medicamentos o cirugía. Generalmente, solo aquellos problemas que involucran daños al sistema nervioso desafían la terapia.
El sexólogo y terapeuta Carlos Horrillo cuenta a Muy Interesante cuáles son los problemas sexuales más frecuentes en hombres y mujeres. Para el experto, muchos de estas complicaciones proceden de que “no sabemos practicar sexo, ‘genitalizamos’ las relaciones sexuales y las centramos en el coito”. Relacionado con esto, una mala educación sexual provoca que las personas, desde muy jóvenes, asuman cierta idea de lo que es el sexo que no se corresponde con la realidad. Para evitar esto, el autoconocimiento y la confianza con el compañero sexual suelen ser recetas exitosas para disfrutar de una sexualidad sana y satisfactoria.
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Trastorno del deseo sexual
Pero también puede haber otras causas no biológicas que pueden alterar el deseo sexual. Aunque la sexualidad es una de las dimensiones más importantes del ser humano, también es una de las primeras áreas que el organismo ‘olvida’ cuando tiene otras cosas importantes de las que ocuparse.
Según el sexólogo Carlos Horrillo, con el sexo se produce un fenómeno llamado indefensión aprendida: “Cuando el ser humano experimenta momentos de estrés o ansiedad, como puede ser la pandemia de COVID-19, esto influye en su sistema cognitivo y hace que tu sexualidad se vea afectada; y el deseo sexual es lo primero que se pierde”. Por eso un trastorno en la disminución del deseo sexual suele estar producirse en épocas de mayor ansiedad o sufrimiento emocional.

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Solución: mucha comunicación
A determinada edad, las variaciones hormonales pueden ser la causa de una caída en el deseo sexual. Para ello, un especialista puede ayudarnos a solucionar el problema, y valorará incluso la introducción de alguna terapia de sustitución hormonal. Pero lo más común es que no existan causas biológicas involucradas, y se trate de una bajada de la libido meramente estacional. En este caso, se recomienda identificar la situación que está provocando el sufrimiento emocional (la muerte de un ser querido, un problema laboral...). La comunicación con la pareja, dedicarse tiempo y no presionarse a uno mismo (ni a la pareja) son claves para que el deseo vuelva a fluir.

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Falta de lubricación

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Solución: identifica lo que te excita
La comunicación con el amante, la relajación y el autoconocimiento son claves para solucionar este problema. Aprender a identificar lo que nos gusta es clave para comunicárselo después a la pareja. Para ello, la autoexploración mediante la masturbación es algo más que recomendable. Por otro lado, la importancia que las parejas heterosexuales suelen darle al coito suele dejar en un segundo plano las necesidades sexuales y preferencias de las mujeres. Alargar el tiempo de los preliminares y entablar juegos eróticos y variedad puede ayudar a mejorar la lubricación y aumentar la excitación.

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Disfunción eréctil

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Solución: identifica la causa
Si se sospecha que la causa de la disfunción eréctil es primaria –es decir, que tiene causas biológicas–, será necesario acudir a un profesional médico para atajar el origen fisiológico del problema. Por otro lado, determinados estresores emocionales pueden provocar disfunción eréctil puntual, que puede solucionarse mejorando la relación de confianza con el compañero/a sexual, mejorando la relajación, superando miedos y expectativas, y aumentando la calidad de la estimulación sexual: para esto último, los juegos eróticos pueden ser de mucha utilidad.

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Eyaculación precoz

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Eyaculación retrógrada
SOLUCIÓN: Una vez hemos descartado el problema biológico, suele ayudar procurar mejorar la confianza con la pareja y dedicar más tiempo a los estímulos sexuales para aumentar la excitación.

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Anorgasmia

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Solución: recuerda que el clítoris es el centro del placer

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Dolor o dispareunia

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Solución: no le des tanta importancia al coito

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Vaginismo

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Solución: fomenta la confianza y la educación sexual

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Complejos
Algunas personas pueden sentirse amenazadas ante quedarse desnudas frente a la pareja o practicar sexo con la luz encendida, lo que limita el disfrute y genera más miedos. Raquel Graña recomienda el trabajo personal para aceptarnos a nosotros mismos y la variedad de nuestros cuerpos. Además, podemos enfocarnos en que la otra persona desea mantener relaciones sexuales con nosotros ayuda a convencernos de que nuestro cuerpo es sexual y deseable.