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Alternativas al azúcar blanco que no son tan sanas como las pintan

No, el azúcar de coco, la panela o el sirope de agave no son mucho mejores que el azúcar blanco.

El azúcar blanco es uno de los grandes enemigos de la salud. Se compone de cristales de sacarosa y glucosa, no aporta vitaminas ni minerales, solo calorías vacías. Hay estudios que lo relacionan con el sobrepeso, la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó en 2015 reducir el consumo de azúcar tanto en niños como en adultos, de forma que este represente como máximo un 10% de la ingesta calórica total, es decir, 50 gramos. El mismo informe también señalaba que “una reducción por debajo del 5 % de la ingesta calórica total produciría beneficios adicionales para la salud”. El 5% serían 25 gramos, equivalentes a seis cucharadas de café aproximadamente.

Hay que recordar que no solo llevan azúcar los alimentos y bebidas a los que nosotros mismos se la echamos al prepararlos o consumirlos, sino que existe azúcar oculto en preparaciones saladas que no nos esperamos como en el kétchup, que sorprendentemente contiene unos 4 gramos de azúcar. Eso por no hablar de los alimentos ultraprocesados, que pueden albergar en su interior cantidades ingentes de esta sustancia. Por este motivo, siempre hay que leer la lista de los ingredientes de los productos alimenticios que compremos, para desenmascarar ese azúcar oculto y ser conscientes de lo que nos vamos a llevar a la boca. El azúcar oculto puede aparecer en el etiquetado con estos nombres: dextrosa, dextrina, maltodextrina, azúcar invertido, jarabe de glucosa, jarabe de maíz, jarabe de maíz de alta fructosa (HFCS), sirope de arce, sirope de agave…

Llegados a este punto, quizá te hayas dejado conquistar por los cantos de sirena de aquellos que defienden alternativas saludables al azúcar. Total, puestos a añadirle azúcar al café, que este sea “saludable” ¿no? Pues bien, sentimos decirte que el azúcar moreno, la panela, la miel, el sirope de agave, el de arce, el azúcar de coco, el azúcar de caña integral y el azúcar glass están compuestos mayoritariamente por azúcar y tienen el mismo efecto que el azúcar blanco, es decir, provocan un pico de insulina. Además, consumirlos hará que tu paladar se acostumbre cada vez más a los sabores dulces y no aprecie el sabor real de los alimentos.

La recomendación de los nutricionistas es que cuanto menos azúcar, mejor. Acostumbra poco a poco al paladar al dulzor natural y, en todo caso, endulza con frutas como plátanos, higos y dátiles.

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