Las anfetaminas pueden provocar impotencia
El abuso de drogas ilícitas tiene consecuencias directas sobre la satisfacción sexual, según este estudio.
El abuso de drogas tan seductoras y peligrosas como las anfetaminas tiene un efecto sobre la función sexual masculina, pero no está claro de qué forma concreta afectan estas a los hombres. Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por un equipo de científicos de la Universidad Nacional Yang-Ming en Taipei (Taiwán) y la Universidad Shu-Te de Kaohsiung (Taiwán) ha querido profundizar en este aspecto.
A pesar de que algún tipo de anfetamina puede ser utilizada eficazmente en el tratamiento de la narcolepsia o del TDAH, estas drogas estimulantes conllevan un alto riesgo de adicción y de abuso. Aparte de las complicaciones médicas, sus efectos secundarios respecto a la función sexual han sido estudiados anteriormente: erecciones espontáneas tras una inyección, disminución de la libido, deterioro de la eyaculación o dificultad para alcanzar el orgasmo. Sin embargo, estos estudios estaban limitados ya fuese por una muestra pequeña o por variables no deseadas como que los sujetos tomaran más fármacos que el objeto de estudio.
Para introducir algo más de luz y evidencia científica en la relación entre las anfetaminas y el sexo, los investigadores contaron con la participación de 1.159 participantes que tomaban anfetaminas (y solo anfetaminas) y un grupo de control con hombres sanos.
Los resultados respecto a sus funciones sexuales fueron controvertidos: la mitad de los usuarios reveló no haber sufrido ningún menoscabo en sus funciones sexuales; la otra mitad, informó de consecuencias tanto positivas como negativas: una reducción en la rigidez de la erección, una mayor intensidad en el orgasmo y necesidad de mayor tiempo para conseguir eyacular. Lo que sí era común a todos era la disfunción eréctil.
“En comparación con los 211 sujetos de control, los consumidores de anfetaminas tenían el doble de probabilidades de sufrir disfunción eréctil”, afirma Bang-Ping Jiann, líder del estudio.
El estudio ha sido publicado en la revista The Journal of Sexual Medicine.