CAR-T: terapias vivientes para tratar el cáncer
Una nueva generación de terapias dirigidas llega para tratar con gran éxito varios tipos de tumores de la sangre, donde la supervivencia estimada no llega a los siete meses de vida.
¿Te imaginas que se pudieran reprogramar tus propias células inmunitarias para atacar las células cancerosas en todo el cuerpo? Pues ya es una realidad, y se está aplicando en España. Hablamos de las CAR-T, terapias de células T con receptores de antígenos quiméricos (CAR, por sus siglas en inglés). Permiten tratar con gran éxito varios tipos de tumores de la sangre muy agresivos, donde la supervivencia estimada no llega a los siete meses de vida.
Esta nueva generación de terapias vivientes contra el cáncer, proclamadas por la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica como Avance del Año en 2018, implican un proceso, cuanto menos, complejo. Primero se extraen las células o linfocitos T –un tipo de glóbulo blanco– del paciente y se llevan al laboratorio, donde son sometidas a un cambio genético para que ataquen las células cancerosas. Luego, estos soldados inmunitarios reprogramados se cultivan en grandes cantidades y se inyectan al paciente.
Actualmente, son dos las terapias aprobadas que se emplean en nuestro país: los CAR-T desarrollados por la compañía Novartis y por la farmacéutica Gilead. Ambos, destinados a tratar varios tipos de linfoma no Hodgkin muy agresivos, presentan resultados realmente esperanzadores.
Por ejemplo, en el ensayo clínico que se realizó con el fármaco desarrollado por Gilead, el 74% de los enfermos con linfoma no Hodgkin de células B tratados con una única infusión de esas células obtuvo una mejoría, mientras que el 54% experimentó la remisión total del cáncer. Tras dos años de seguimiento, la mayoría de los pacientes seguían vivos. En el ensayo clínico de la terapia de Novartis, dirigido a niños y jóvenes con leucemia linfoblástica aguda de células B, el 83% de los individuos respondieron al tratamiento. En tres de cada cuatro pacientes, no hubo recaída después de seis meses. Estos son solo dos hitos de una carrera investigadora en la que España es todo un referente a nivel europeo.
El Ministerio de Sanidad ha puesto en marcha el Plan Nacional de Terapias Avanzadas, que, además de acelerar la llegada al paciente de estos tratamientos, pretende impulsar las investigaciones públicas en marcha. De hecho, el Hospital Clínic de Barcelona acaba de iniciar un ensayo clínico en fase avanzada, en el que participan otros centros, para desarrollar un CAR-T público.
¿Dónde se administran esos fármacos?
El Ministerio de Sanidad ha designado once hospitales de referencia repartidos en cinco comunidades autónomas: la Comunidad Valenciana, Cataluña, Castilla y León, Andalucía y Madrid. Se trata de centros que han tenido que acreditar su capacidad para tratar a los pacientes y que tienen unidades específicas destinadas a ofrecer estas terapias de forma eficaz.
Los enfermos que no tengan un hospital acreditado y disponible en su comunidad serán derivados al más cercano. De momento, las terapias CAR-T se aplican exclusivamente a tumores de la sangre. Y aunque están realizándose investigaciones para tratar otro tipo de afecciones, el reto se antoja complicado. “El gran problema y la mayor diferencia que hay entre el tumor de la sangre y el resto de cánceres es que mientras que en el primero una alteración monogénica –es decir, muy concreta– marca todo el desarrollo del proceso tumoral, en el segundo no se puede identificar de manera tan precisa una única alteración”, explica Jesús GarcíaFoncillas, director del Oncohealth Institute de la Fundación Jiménez Díaz, de Madrid.
Pero, tal y como nos avanza el experto, el camino ya se está abriendo. “Todavía es una realidad en crecimiento y construcción, que arranca en la identificación de los objetivos prioritarios en tumores no sanguíneos. Así podrán construirse las células inmunológicas que reconozcan esa estructura específica como algo dañino”, indica García-Foncillas.
Un experto nos habla de las terapias CAR-T
Jose María Moraleda Jiménez es coordinador de la Red de Terapia Celular del Instituto de Salud Carlos III y catedrático de Medicina en la Universidad de Murcia. Esto nos cuenta:
Las terapias CAR-T son una forma de terapia celular disruptiva e innovadora que se encuadra en la denominada medicina personalizada. Consiste en el trasplante de linfocitos T, que son obtenidos del propio paciente y modificados en el laboratorio mediante técnicas de ingeniería genética para que expresen en su superficie un receptor artificial –quimérico– dirigido contra un ligando –molécula señalizadora– específico de una célula tumoral.
Cuando se produce la unión entre el receptor y el ligando, el linfocito T se activa, se multiplica logarítmicamente y destruye la célula tumoral mediante la liberación de moléculas que producen un daño celular directo. Antes del trasplante, los pacientes deben recibir un tratamiento para facilitar el implante y expansión de los CAR-T.
Aunque tienen efectos secundarios graves y su producción es compleja y cara, las terapias CAR-T son consideradas uno de los mayores avances terapéuticos de las últimas décadas por sus excelentes resultados en pacientes en fases casi terminales.
Niños con leucemias agudas de linfocitos B que no responden a la quimioterapia obtienen respuestas duraderas del 50% al 70%, y adultos con linfoma agresivo de linfocitos B refractarios del 40% al 60%. Actualmente, estas terapias se investigan para tratar tumores sólidos, enfermedades autoinmunes e infecciosas, en lo que se puede considerar una nueva revolución terapéutica.
Artículo escrito por Marta Riesgo