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¿Qué indica la forma de tu trasero sobre tu salud?

Las disposiciones más redondeadas se consideran bastante saludables, dado que la grase se distribuye por la parte alta y baja de las nalgas uniformemente.

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La pelvis hace las veces de andamiaje de las nalgas, una estructura anatómica carnosa sobre cuya utilidad evolutiva existen varias explicaciones posibles. En primer lugar, sirve como protección del ano, un esfínter de salida de los desechos; las nalgas no solo proporcionan protección para este esfínter tan delicado, sino que también servirían para amortiguar todo tipo de malos olores.

La segunda explicación del origen evolutivo del trasero es de tipo erótica. La acumulación de la grasa en el culo puede ser un indicativo de estatus sexual, salud y capacidad fértil, en el caso de las mujeres. Las nalgas prominentes podrían ser una estrategia para aumentar las probabilidades de atracción erótica y, por tanto, asegurar la descendencia y la supervivencia de la especie.

En cuanto a la estructura, existen muchos tipos de traseros. La mayoría de los cirujanos estéticos reconocen cuatro formas: cuadrada o en H, mayoritariamente en varones; redonda, o en forma de O; acorazonada (con forma de corazón invertido), en forma de pera o en A; y, por último, invertida, o en forma de V.

La forma en H suele asociarse con huesos de la cadera anchos. Por su parte, las disposiciones más redondeadas se consideran bastante saludables, dado que la grasa se distribuye por la parte alta y baja de las nalgas uniformemente.

En los culos cuya forma recuerda a un corazón, el tejido adiposo se acumula en las zonas bajas. Eso implica que, al envejecer y perder estrógeno con la llegada de la menopausia (en el caso de las mujeres), las reservas de lípidos cambian de posición y ascienden, con la consiguiente flacidez. En ese momento de la vida, es más habitual que las nalgas femeninas adopten una forma invertida o de V.

Desde el punto de vista médico, estas distinciones no son baladíes. Los científicos han llegado a la conclusión de que los culos redondeados o en forma de corazón se asocian con un menor riesgo de sufrir diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Según publicaban investigadores de la universidad de Oxford, en la revista International Journal of Obesity, la acumulación de grasa en las zonas más bajas del cuerpo genera un efecto protector, y no se suele acompañar de depósitos más peligrosos cerca de órganos vitales, como el hígado o el corazón.

Si está ejercitada, la masa muscular tenderá a redondear los glúteos. Como es obvio, el sedentarismo (además de otros muchos riesgos asociados que conlleva) se asocia con la flacidez y la acumulación de grasa; por su parte, la actividad física favorece que los glúteos estén más firmes y prietos.

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