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¿Cuantos kilos de tampones y compresas usa una mujer al año?

Las compresas están fabricadas con un 90% de plástico, y cada año se desechan unos cien mil millones de productos de higiene menstrual en todo el mundo.

La contaminación por plástico es uno de los problemas ambientales más relevantes a los que nos enfrentamos en el siglo XXI, y poco a poco se van tomando medidas para reducir su uso y buscar alternativas. Pero lo cierto es que, en muchos casos, el plástico nos facilita la vida: sirvan de ejemplo los productos para el cuidado de la menstruación.

El problema es que los tampones y las compresas están fabricados con materiales de un solo uso y  altamente contaminantes. Los tampones están elaborados con una combinación de algodón blanqueado o rayón, pudiendo contener fibras y pesticidas. Las compresas están fabricadas, en su mayoría, con un 90% de plástico.

Se calcula que una mujer puede usar entre 8.000 y 17.000 tampones a lo largo de su vida, y cada año se desechan unos cien mil millones de productos para el cuidado de la menstruación en todo el mundo. La marca sueca Intimina ha elaborado una ‘calculadora menstrual’ que estima cuántos residuos generará una mujer y cuánto dinero se gastará hasta llegar a la menopausia en función de su edad y del tipo de productos empleados. Por ejemplo, una chica de 14 años que solo use compresas generará 310.800 kilos de residuos derivados de las mismas a lo largo de su vida.

¿Cuáles son los costes ambientales de estos productos?

El Instituto Real de Tecnología de Estocolmo realizó una comparación del impacto ambiental de los tampones y compresas, teniendo en cuenta todo su ciclo de vida. Su evaluación "desde la cuna hasta la tumba" incluía las etapas de extracción de materia prima, transporte, producción, uso y manejo de desechos y tomó en consideración tres categorías principales de impacto: salud humana, calidad del ecosistema y uso de recursos.

Descubrieron que el principal impacto ambiental de tampones y compresas era el relacionado con el procesamiento de las materias primas, en particular el polietileno de baja densidad, que es el plástico usado en las compresas y en los aplicadores de los tampones.  Como la producción de estos plásticos requiere mucha energía y genera desechos de larga duración, el principal impacto del ciclo de vida de estos productos es el uso de combustibles fósiles, aunque los desechos producidos también son significativos por sí mismos.

Según este trabajo, las compresas tendrían un mayor impacto ambiental debido a sus componentes plásticos.

¿Cuánto tardan en biodegradarse?

Las compresas tardan en torno a 300 años en degradarse. Los tampones, depende: los que tienen aplicador de plástico tardan también cientos de años, y los que no lo tienen tardan unos cien meses.

La copa menstrual, una alternativa ecológica y económica

El uso de las copas menstruales de silicona está cada vez más extendido. Están hechas de un material hipoalergénico que permite llevarlas puestas hasta doce horas seguidas. No absorben, sino que se limitan a recoger el flujo menstrual y tienen una vida media de 5-10 años en función de la marca.

Más allá del bajo impacto ambiental, la copa menstrual es una alternativa muy cómoda, ya que ocupa poco, se puede usar durante muchas horas seguidas y, sobre todo, permite ahorrar mucho dinero. El principal inconveniente de este producto es que no todas las mujeres consiguen acostumbrarse a su manejo, sobre todo en caso de tener aprensión a la sangre. Sin embargo, también existen otras alternativas más ecológicas que los productos tradicionales, como por ejemplo las compresas reutilizables de algodón orgánico.

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