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Anestesia general: Todo lo que debes saber

¿Cuáles son los riesgos? ¿Cuántos tipos de anestesia hay? ¿Es posible morir por la anestesia?

La anestesia general es, esencialmente, un coma temporal inducido médicamente.

Los anestésicos generales producen una pérdida reversible de conciencia y analgesia con objeto de que los cirujanos operen a un paciente. Su uso es común, pero aún no se comprende del todo cómo producen su efecto.

Normalmente, los fármacos de la anestesia se administran por vía intravenosa o se inhalan. Bajo anestesia general, el paciente no puede sentir dolor y también puede tener amnesia.

Los medicamentos son administrados por un anestesiólogo o enfermero anestesista, un médico o un enfermero especialmente capacitado que también controlará los signos vitales y la frecuencia de la respiración del paciente durante el procedimiento.

Los anestesistas llevan empleándose en cirugía desde 1842, cuando Crawford Long administró éter dietílico a un paciente y realizó la primera operación indolora.


Existen una serie de efectos secundarios potenciales de la anestesia. Algunos individuos pueden no experimentar ninguno y otras personas unos pocos efectos.
Ninguno de ellos es particularmente duradero y tiende a ocurrir inmediatamente después de la anestesia. Incluyen:

-confusión temporal y pérdida de memoria, aunque esto es más común en los ancianos.
-mareo
-dificultad para orinar
-hematomas o dolor por el goteo intravenoso.
-náuseas y vómitos
-temblores y frío
-dolor de garganta, debido al tubo de respiración

“La anestesia general es un procedimiento muy seguro y controlado que nos permite inducir un estado de inconsciencia, que inhibe el dolor a lo largo de intervenciones quirúrgicas y pruebas médicas específicas”, nos explica el doctor Siro Tato López, especialista en anestesia general y sedaciones en la Clínica del Dr. Silmi (Silmi Dental) y miembro de TopDoctors.

Incluso los pacientes particularmente enfermos pueden ser anestesiados con seguridad. Es el propio procedimiento quirúrgico el que ofrece el mayor riesgo. Sin embargo, los adultos mayores y aquellos que se someten a procedimientos prolongados tienen mayor riesgo de resultados negativos. Estos resultados pueden incluir confusión postoperatoria, infarto de miocardio, neumonía y accidente cerebrovascular.

“Mediante el suministro de una serie de fármacos, el anestesiólogo logrará que el paciente permanezca en un estado parecido al sueño. El control de las funciones vitales es primordial. En muchos casos, además de administrar fármacos anestésicos se suministran compuestos relajantes musculares. Por este motivo es frecuente la intubación del paciente durante la cirugía.

"La realidad es que la anestesia general no conlleva demasiados riesgos. Normalmente los efectos secundarios de la anestesia son consecuencia de las patologías previas y otros factores, como el estado físico del paciente y su edad. Con el propósito de contar con toda la información relevante antes de administrar la anestesia general, el especialista realizará un examen preoperatorio. De esta forma se analiza detenidamente la historia clínica del paciente, evitando riesgos de antemano”, dice Tato López.

Algunas condiciones específicas aumentan el riesgo para el paciente que se somete a anestesia general, como:

-apnea obstructiva del sueño
-convulsiones
-afecciones cardíacas, renales o pulmonares existentes.
-alta presion sanguinea
-alcoholismo
- tabaquismo
-historial de reacciones a la anestesia
-medicamentos que pueden aumentar el sangrado (como la aspirina)
-alergias a medicamentos
-diabetes
-obesidad o sobrepeso

La muerte como resultado de la anestesia general ocurre, pero solo muy raramente, aproximadamente a 1 de cada 100.000- 200.000 personas.


Hay tres tipos principales de anestesia: anestesia general, local y regional. Todas ellas afectan de algún modo al sistema nervioso.

La anestesia general es la administración de diferentes fármacos con el objetivo de evitar el dolor y el estrés durante algunos procedimientos médicos, como las cirugías complejas u otros tratamientos. Es el anestesiólogo el especialista encargado de dosificar y suministrar la anestesia al paciente”, aclara el experto.

La anestesia local es otra opción. Se administra antes de cirugías menores, como la extirpación de una uña. Esto reduce las sensaciones de dolor en áreas pequeñas del cuerpo, pero la persona que recibe el tratamiento permanece consciente todo el tiempo.

La anestesia regional adormece una porción completa del cuerpo, la mitad inferior, por ejemplo, durante el parto. Hay dos formas principales de anestesia regional: anestesia espinal y anestesia epidural.



Hay una serie de razones por las que la anestesia general suele elegirse por encima de la anestesia local. En algunos casos, se le pide al paciente que elija. Esta elección depende de la edad, estado de salud y preferencia personal.

Las principales razones para optar por la anestesia general son:

-El procedimiento llevará mucho tiempo.
-Existe la posibilidad de una pérdida significativa de sangre.
-La respiración puede verse afectada, como en una operación de tórax.
-El procedimiento hará que el paciente se sienta incómodo.
-El paciente puede ser muy joven y puede tener dificultades para quedarse quieto.

Sin embargo,
el uso de anestesia general plantea un mayor riesgo de complicaciones que la anestesia local. Si la cirugía es más leve, es posible elegir anestesia local, especialmente si tiene una condición subyacente, como la apnea del sueño.



La
clasificación de Guedel, diseñada por Arthur Ernest Guedel en 1937, describe las cuatro etapas de la anestesia. Los anestésicos modernos y los métodos de administración actualizados han mejorado la velocidad de inicio, la seguridad general y la recuperación, pero las cuatro etapas siguen siendo esencialmente las mismas:

Etapa 1, o inducción: esta fase se produce entre la administración del fármaco y la pérdida de conciencia. El paciente pasa de la analgesia sin amnesia a la analgesia con amnesia.

Etapa 2, o etapa de excitación: el período posterior a una pérdida de conciencia, que se caracteriza por una actividad emocionante y delirante. La respiración y el ritmo cardíaco se vuelven erráticos, y puede haber náuseas, dilatación de la pupila y dificultad para respirar. Debido a la respiración irregular y al riesgo de vómitos, existe el peligro de asfixia. Los medicamentos modernos de acción rápida tienen como objetivo limitar el tiempo empleado en la etapa 2 de anestesia.

Etapa 3, o anestesia quirúrgica: los músculos se relajan, los vómitos se detienen y la respiración está calmada. Tienen lugar movimientos oculares lentos y luego cesan. El paciente está listo para ser operado.

La prioridad del anestesista es llevar al paciente a la etapa 3 de anestesia lo más rápido posible y mantenerlo allí durante toda la cirugía.

Etapa 4, o sobredosis: se ha administrado demasiada medicación, lo que lleva a la supresión del tronco cerebral o medular. Esto conduce a un colapso respiratorio y cardiovascular.

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