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La contaminación aumenta las alergias

Aunque parezca contradictorio, en las grandes ciudades la alergia al polen suele ser más fuerte que en las zonas rurales. ¿Por qué sucede esto?

Es un hecho constatado que la contaminación en las ciudades aumenta las posibilidades de padecer alergias, incluso en la población no predispuesta. Puede parecer paradójico pero es muy frecuente que, en las grandes urbes, donde se esperaría que las concentraciones de polen fueran menores que en el campo, las alergias se disparen. ¿Por qué sucede esto?

Parece ser que, debido a la contaminación y al cambio climático, los pólenes expresan un mayor contenido de proteínas alergénicas. Por ejemplo, un trabajo publicado en el año 2004 en la revista Allergy concluía que, en áreas con grandes niveles de contaminación, los cipreses de Arizona (Cupressus arizonica) expresan mayores cantidades de Cup a 3, un alérgeno presente en el polen de estas plantas. Un estudio similar publicado por investigadores españoles en el año 2002 y centrado en el polen de gramíneas, una de las familias de plantas cuyo polen produce más alergias, también revelaba que la contaminación disparaba su actividad alergénica a través de la expresión del compuesto Lol p 5.

Por otro lado, según indica una revisión sobre el tema  publicada en 2007 en la revista Journal of Investigational Allergology and Clinical Immunology,  las partículas de emisión diésel pueden ocasionar, en contacto con los granos de polen, el desgrane de la planta, facilitando la llegada de estas partículas a las vías respiratorias.

Más alergias en un escenario de cambio climático

El cambio climático también afecta al calendario polínico de las plantas, ya que avanza o alarga el período de polinización. Además, en presencia de altas concentraciones y temperaturas de CO2, las plantas aumentan su producción de polen. El cambio climático también puede llevar a la extinción de especies y a la consolidación de especies no autóctonas, con el consiguiente riesgo de sensibilización alérgica en la población humana expuesta.

Se trata de una especie de círculo vicioso, ya que el aumento de las temperaturas y la ausencia de lluvias también son responsables de que los niveles de contaminación se disparen en las grandes ciudades. “Las partículas PM10 (de entre 2,5 y 10 micras de diámetro) y, especialmente, las partículas más finas (las de menos de 2,5 micras) que se producen por los motores de combustión se acumulan ante la ausencia de viento y lluvias, amplificando las respuestas alérgicas al polen. Así que no solo tenemos una producción adelantada y anómala de polen, sino que sus efectos sobre la salud son más acusados, sobre todo, en las zonas urbanas”, explicaba Fernando Valladares, investigador en el Departamento de Biogeografía y Cambio Global del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), en un artículo publicado en The Conversation sobre primavera adelantada y cambio climático.

¿Cómo será la temporada de alergias?

Según indica la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), en España hay más de ocho millones de personas alérgicas. Este organismo prevé que en 2019, la cantidad de granos de polen en el aire será entre moderada e intensa, sobre todo en el sur de la península.

Para prevenir los episodios, es recomendable conocer a qué tipo de pólenes tenemos alergia y en qué épocas del año podemos resultar más afectados. El uso de gafas de sol cuando estemos en la calle, o evitar salir a primera hora de la mañana o al última hora, cuando los niveles de polen son mayores, son algunas medidas sencillas para hacer más llevadera la primavera si eres alérgico.

Los expertos también recomiendan subir las ventanillas cuando vamos en el coche, cerrar ventanas en casa y limpiar los filtros si tenemos aire acondicionado. Otra medida sencilla consiste en cambiarnos de ropa cuando vengamos de la calle, así evitamos el contacto con el polen que se haya podido quedar adherido.

Según los expertos de SEAIC, los alimentos con vitaminas E como  nueces y verduras ayudan a las personas con alergia a mejorar los síntomas respiratorios que le provoca esta enfermedad estacional. Y, si nos pican mucho los ojos, podemos hacernos lavados con suero o manzanilla.

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