Ensayos clínicos en tiempos de pandemia
¿Cómo han cambiado la medicina y la investigación en un mundo pandémico? Exploramos los nuevos retos y oportunidades.
La pandemia ha tenido un impacto significativo en la investigación en el área de oncología. Tanto es así que, de algún modo, ha acelerado las reformas que estaban pendientes en el diseño de los ensayos clínicos sobre el cáncer. Así lo explica un estudio de un grupo de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés), en el que han participado expertos de nuestro país, como Jesús García-Foncillas, Javier de Castro, Víctor Moreno, Begoña de las Heras y Javier Cortés.
El punto de partida es un mayor uso de la tecnología. Las consultas remotas habían tenido hasta ahora un alcance limitado, aunque han estado disponibles desde hace tiempo. “Entre otras cosas, por la falta de acceso en algunos países, o debido a cuestiones de privacidad”, apunta el informe.
Según estos autores, a lo largo de la crisis de la COVID-19, todos estos problemas se han ido solventando, lo cual ha dado paso a un uso más extendido de la telemedicina. De este modo, el consentimiento electrónico y la consulta por esta vía podrían reemplazar algunas visitas clínicas exigidas en los protocolos, especialmente, aquellas para las que no se requieren imágenes médicas, una recolección de muestras biológicas o la realización de exámenes físicos.
Por otra parte, los formatos virtuales podrían suplir las diversas reuniones de investigadores en persona o del comité de dirección, para reducir así la carga física, económica y ambiental, al tiempo que aumentan la velocidad y la flexibilidad.
Del mismo modo, el uso de las redes sociales como una herramienta de comunicación de fácil acceso también podría ayudar a optimizar la atención de los pacientes inscritos en ensayos clínicos. “Tampoco hay que olvidar el potencial de la inteligencia artificial, como llave para mejorar la experiencia del paciente”, inciden los oncólogos.
Más compromiso
Con numerosos cambios sociales en marcha, es una oportunidad para una transformación radical en la participación de los pacientes en los ensayos clínicos. “Hay margen para un compromiso más profundo con los grupos de participación pública y de pacientes para establecer la agenda global de investigación oncológica”, explican.
Está claro que la pandemia de la COVID-19 ha dado un impulso al concepto emergente del ensayo virtual o descentralizado, que es un estudio sin un lugar determinado en el que el reclutamiento de pacientes se realiza a través de métodos basados en redes sociales o aplicaciones de telemedicina. Sin embargo, remarcan los expertos de la ASCO, “un ensayo completamente virtual no es factible para la mayoría de los estudios sobre el cáncer, dada la necesidad de discusiones detalladas y a menudo delicadas, sobre todo, en el momento del consentimiento informado, la administración de fármacos intravenosos, la realización de imágenes médicas y la vigilancia de la toxicidad”.
Descentralizar algunos de estos elementos “podría hacer que las investigaciones convencionales sean más eficientes , al reducir potencialmente la carga del paciente y el consiguiente abandono de los ensayos clínicos. A la vez, permitiría optimizar la utilización de los recursos de atención médica”, señalan. Los autores consideran que estos ensayos híbridos se ubicarían en un espectro entre los intervencionistas y los estudios pragmáticos o del mundo real.
Así las cosas, la próxima era de ensayos clínicos requerirá cambios en la forma en que los servicios de oncología se organizan en la actualidad, con el objetivo de reducir el número de veces que el enfermo y el personal de la organización de investigación contratada deben acudir presencialmente a determinado lugar. “Las visitas domiciliarias de enfermeras especializadas, la entrega de ciertos medicamentos en los domicilios y la comunicación precisa y oportuna con los médicos de familia o las clínicas locales para realizar pruebas de laboratorio, probablemente, mejorarán la experiencia del paciente”. No obstante, señalan, será necesaria una minuciosa coordinación, lo que podría ser un desafío en áreas con capacidades o recursos limitados.