Muy Interesante

¿Es mejor tomar las semillas molidas o enteras?

Las semillas se pueden tomar molidas, hidratadas o enteras en función del objetivo nutricional que persigas.

Mar Aguilar

Semillas de chía, lino, calabaza, girasol, germen de trigo… estos alimentos que se han puesto muy de moda en los últimos años poseen propiedades muy interesantes para la salud siempre que se integren dentro de una dieta saludable. Es decir, no hacen milagros. Si te alimentas de manera insana, una cucharada de semillas no va a hacer magia. Los alimentos milagrosos no existen.

Las semillas de lino o de linaza contienen ácidos grasos omega 3 (grasas buenas para el corazón) y son ricas en fibra; las de chía también poseen omega 3 y los nueve aminoácidos esenciales; las pipas de calabaza son ricas en vitaminas del grupo B y minerales como el magnesio, el hierro y el zinc; el germen de trigo contiene vitaminas del grupo B y es rico en fibra y las semillas de girasol (pipas) son fuente de vitamina E, así como de proteínas y grasas buenas.

Si has decidido introducir las semillas en tu alimentación o ya las tomas, pero no estás seguro de si las consumes de manera adecuada, no te pierdas lo que nos ha contado al respecto Julia Jiménez, dietista-nutricionista y directora de la Consulta de Psiconutrición No Sé Qué Cenar. “Para consumir las semillas y aprovechar sus nutrientes, por normal general, es imprescindible molerlas y si no, como mínimo, hidratarlas. Pensemos en qué es una semilla. Se trata de la forma en que una planta garantiza la supervivencia de la especie. Está perfectamente diseñada por la naturaleza para que los pájaros y otros animales las ingieran, pero no las digieran, de modo que luego expulsen sus heces en otro lugar donde esa semilla, que sigue entera y sin digerir, se abrirá, germinará y crecerá una nueva planta. De esta forma, la mayoría de las plantas aseguran su expansión territorial y supervivencia, y las semillas de las plantas que consumimos (chía, cáñamo, lino, sésamo, calabaza, girasol…) no son una excepción".

Las semillas de girasol, calabaza o cáñamo no necesitamos molerlas porque ya las consumimos desprovistas de su cáscara, es decir, peladas, por lo que podemos acceder a sus nutrientes. Sin embargo, las semillas de chía, sésamo y lino, al ser de menor tamaño no podemos pelarlas, y debemos consumirlas molidas, o al menos hidratadas o tostadas, porque esta es la forma de abrir la semilla para poder acceder a su contenido interno, que es donde residen sus ácidos grasos y oligoelementos”.

Ahora bien, si lo que buscamos es una ayuda para mejorar el tránsito intestinal, lo recomendable, según la experta, sería ingerir las semillas sin moler ni hidratar, por ejemplo, espolvoreando sobre una ensalada, un batido, una crema, un yogur… “Eso sí, es importante consumir suficiente agua para que no se formen tapones en nuestro tracto digestivo”, apunta Jiménez.

Por tanto, tomar las semillas tal cual no es malo para la salud, solo que al hacerlo no nos beneficiaremos de los nutrientes que se esconden en su interior, pero sí de su poder regulador del tránsito, una buena arma para combatir el molesto estreñimiento. Elige tu objetivo y toma las semillas de la manera adecuada para conseguirlo.

La ventana a un mundo en constante cambio

Muy Interesante

Recibe nuestra revista en tu casa desde 39 euros al año

Suscríbete
Suscripciones a Muy Interesante
tracking