Vacunas COVID: ¿habrá que modificarlas cada año?
La aparición de nuevas variantes plantea un escenario similar al de la gripe, en el que cada año habría que modificar las vacunas y hacer campañas para proteger a la población. ¿Qué sabemos sobre esta posibilidad?
Con las campañas de vacunación contra la COVID-19 activas en todo el mundo, una de las grandes incógnitas es, además de la duración de dicha inmunidad, si será necesario modificar las vacunas cada año para evitar que las nuevas variantes del SARS-CoV-2 esquiven nuestro sistema inmune. Para tratar de responder a esta pregunta, un equipo de investigadores alemanes ha comparado la evolución de los coronavirus causantes del resfriado común con la de los virus de la gripe.
Los resultados, que se publican en la revista Virus Evolution, indican que, mientras la pandemia continúe, las vacunas deberían someterse a actualizaciones periódicas. Sin embargo, a los pocos años del periodo posterior a la pandemia, es probable que las vacunas puedan llegar a ser eficaces durante más tiempo.
Los cuatro coronavirus del resfriado común
Se sabe que los cuatro coronavirus que conocemos como causantes de lo que llamamos ‘refriado común’, son responsables de aproximadamente el 10 % de los catarros leves del mundo, y han estado en circulación entre los humanos bastante más tiempo que el SARS-CoV-2. Su mecanismo de entrada a las células es muy similar, a través de la ya famosa proteína S, que es a su vez el objetivo de todas las vacunas contra la COVID que hay actualmente en el mercado.
Los investigadores rastrearon los cambios en el gen que codifica dicha proteína en dos de los coronavirus mejor conocidos a lo largo de los últimos 40 años y los compararon con el árbol filogenético de H3N2, un subtipo de gripe que es particularmente hábil a la hora evadir la respuesta inmune humana. Los resultados revelaron que, si bien los coronavirus del resfriado común también son capaces de evadir el sistema inmunológico humano, su adaptación evolutiva tiene lugar a un ritmo muchísimo menor que la de la gripe.
En concreto, la tasa de cambio de los coronavirus fue cuatro veces más lenta que la del virus de la gripe. "En lo que respecta al SARS-CoV-2, esta es una buena noticia", resume Christian Drosten, director del Instituto de Virología e investigador del Centro Alemán de Investigación de Infecciones (DZIF). Actualmente se estima que el SARS-CoV-2 cambia a una tasa de aproximadamente 10 mutaciones por cada 10 000 nucleótidos por año, lo que significa que la velocidad a la que evoluciona es sustancialmente mayor que la de los coronavirus del resfriado común.
"Este rápido cambio genético en el SARS-CoV-2 se refleja en la aparición de numerosas variantes de virus en todo el mundo", explica el líder del estudio, Jan Felix Drexler, investigador del Instituto de Virología y del DZIF. "Sin embargo, esto probablemente se deba a las altas tasas de infección observadas durante la pandemia. Cuando las cifras de infección son tan altas, un virus puede evolucionar más rápidamente. Según las tasas de evolución observadas en los coronavirus endémicos del resfriado común, esperamos que el SARS-CoV-2 comience a cambiar más lentamente una vez que las infecciones comiencen a desaparecer, es decir, una vez que una gran proporción de la población mundial haya desarrollado inmunidad, ya sea como resultado de la infección o mediante la vacunación”.
Referencia: Jo WK et al. The evolutionary dynamics of endemic human coronaviruses. Vir Evol 2021. doi: 10.1093/ve/veab020