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Curiosidades sobre las fantasías sexuales

Las fantasías sexuales, sean del tipo que sean, son una manifestación de nuestros deseos más íntimos...

Las fantasías sexuales son representaciones mentales de deseos que provocan una excitación sexual a través de las ideas, imágenes, sentimientos o situaciones generadas en la mente. Estas pueden no estar relacionadas directamente con el acto sexual, sino centrarse en el deseo o el placer. Estas surgen de manera consciente e inconsciente por igual y en todas las personas (hombres y mujeres sin diferencia). Durante los últimos años, las fantasías sexuales han ido rompiendo el tabú en el que la sociedad les había encerrado y empiezan a convertirse en algo cotidiano y para nada escandaloso o prohibido.
Uno de las creencias más comunes sobre las fantasías sexuales es que todo lo que imaginamos en nuestra mente es algo que deseamos llevar a cabo en la realidad, pero no tiene porqué ser así. Gran parte del encanto que tienen las fantasías sexuales deriva, precisamente, de que ocurren en nuestra mente y por lo tanto podemos llevarlas a cabo sin dolor, miedo o remordimientos. En muchos casos, estas solo son una forma de generar excitación y seguramente perderían su atractivo si se cumplieran.
Numerosos estudios y profesionales de sexología y psicología respaldan el hecho de que las fantasías son beneficiosas para la salud sexual, ya que estas no se tienen debido a una insatisfacción sino que activan los receptores del placer del cerebro y estimulan el deseo sexual, ya que el cerebro activa las mismas partes cuando se hace algo y cuando uno se imagina haciéndolo. Los atletas profesionales suelen recurrir a una técnica de visualización en la que se imaginan llegando primeros a la meta o realizando el mejor lanzamiento; las fantasías sexuales son el equivalente a este método.
Como ya hemos dicho, las fantasías no deben entenderse como un deseo de llevar a cabo las prácticas que vemos en nuestra mente porque tal vez no sea así. Reprimirlas o negarlas como si fueran algo malo tampoco resulta beneficioso para la salud. Pueden suponer un problema si llegan a convertirse en una obsesión o si una fantasía determinada pasa a ser la única fuente de excitación que uno encuentra, aunque entonces pasaríamos a hablar de una parafilia.
La mente es un aparato muy complejo y muchas de estas fantasías no tendrán ese significado oculto por mucho que uno se empeñe. Las fantasías no son buenas ni malas, solo son. Te contamos algunas curiosidades sobre ellas.

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