Cuidar de una mascota enferma aumenta el riesgo de depresión
Un estudio recalca que los dueños de mascotas enfermas están expuestos a un nivel muy alto de estrés.
Es bien sabido que cuidar a una persona seriamente enferma es un esfuerzo constante y estresante que aumenta el riesgo de ansiedad y depresión. Sin embargo, ¿ocurre igual con las mascotas? Un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Kent en Ohio (EE. UU.) expone sus conclusiones al respecto en la revista Veterinary Record.
La 'carga del cuidador', la persona que se ocupa de otra enferma, expone a esta a la depresión, el aislamiento social y una peor calidad de vida en general. Y, aunque este extremo ha sido bien estudiado con humanos, rara vez o nunca se ha abordado en el caso de los dueños de mascotas o incluso veterinarios.
Por ello, los expertos examinaron el vínculo entre la carga del cuidador de los dueños de mascotas diagnosticadas con una enfermedad crónica o terminal y el riesgo de ansiedad y depresión por parte de los humanos, así como de los veterinarios que apoyan tanto a animales como a sus dueños en el transcurso de la enfermedad.
Los dueños están expuestos a un estrés elevado
Los científicos contaron con la participación de 600 dueños de perros o gatos, reduciendo este número a 119 propietarios cuya mascota había sido diagnosticada con una enfermedad crónica, o que el animal se encontrase ya en su fase terminal. Fueron emparejados con otros 119 participantes que poseían gatos o perros sanos (el grupo de control).
Los participantes de ambos grupos fueron emparejados por edad, sexo y especie de la mascota que tenían. Evaluaron los niveles de estrés, ansiedad, depresión y calidad de vida de los participantes utilizando una versión de la Entrevista Zarit Burden, un cuestionario que tiene como objetivo evaluar la carga del cuidador entre las personas que habitualmente brindan atención a las personas mayores.
Descubrieron que los dueños de gatos y perros con enfermedades crónicas o terminales estaban, como era de esperar, expuestos a altos niveles de estrés y exhibían síntomas de ansiedad o depresión. También informaron tener una calidad de vida mucho menor. Este efecto perjudicial también afectaba a los veterinarios.
"Si los dueños de mascotas tienen problemas para separar su propia angustia de la atención veterinaria médicamente necesaria y adecuada, puede ocurrir una sobreutilización del servicio. Además, la angustia emocional de un cliente puede manifestarse como ira, como expresiones de desilusión o agravios, transfiriendo efectivamente la carga del cliente al proveedor, en este caso el veterinario", explican los autores.
Los autores reconocen que la investigación tiene limitaciones, ncluido el hecho de que la muestra de participantes fue bastante homogénea. La mayoría de los dueños de mascotas reclutados eran "altamente educados y de clase socioeconómica relativamente alta". También señalan que aún no está claro "si la carga elevada conduce a un peor funcionamiento psicosocial".
Sin embargo, está claro que se trata de un estudio pionero en el contexto de la atención veterinaria: "Esta exploración inaugural de la carga del cuidador dentro de un entorno veterinario es el primer paso para evaluar el impacto de la atención veterinaria en los clientes, así como el impacto de la angustia emocional del cliente sobre el bienestar veterinario", finaliza Katherine J. Goldberg, coautora del trabajo.
Referencia: Caregiver burden in owners of a sick companion animal: a cross-sectional observational stud Mary Beth Spitznagel, Dana M Jacobson, Melanie D Cox, DVM3 y Mark D Carlson. Veterinary Record 2017. DOI: dx.doi.org/10.1136/vr.104295