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¿Qué es la depresión postvacacional?

La depresión o síndrome postvacacional produce una sensación de tristeza, falta de energía y apatía una vez nos incorporamos a la rutina diaria tras acabar el periodo de vacaciones.

Pasar de un extremo al ajetreo de explorar un nuevo país, destino, cultura y volver a la 'aburrida' realidad puede ser bastante desalentador. No todos podemos viajar continuamente, así que para algunas personas la depresión postvacacional llega como una losa que se posa encima de sus espaldas y les roba toda la alegría y buen rollo que habían disfrutado en los días de vacaciones.

Afecta más a individuos de entre 40 y 45 años que se incorporan al trabajo de forma brusca (por ejemplo, volver el domingo y empezar el lunes a trabajar), sin un periodo de adaptación (increíblemente aconsejable tras las vacaciones) y que suelen estar descontentos con su trabajo (aunque no es condición sine qua non).



La depresión posterior a la vuelta de las vacaciones es muy real. En Estados Unidos se conoce como
Post Holiday Blues. Nosotros lo traducimos como síndrome o depresión postvacacional.

Esta depresión postvacacional
viene asociada a un ánimo deprimido y un aumento del estrés, entre otras cosas. Si bien el síntoma más general suele ser un sentimiento de insatisfacción de la vida de uno mismo, también puede incluir episodios cortos de llanto una vez que las vacaciones ya hayan tocado a su fin.



Puede haber multitud de razones por las que nos sentimos deprimidos después de las vacaciones. Y son totalmente válidas;
son los motivos por los que nos resulta tan difícil volver a adaptarnos a nuestro estilo de vida normal.

Los
síntomas de la depresión postvacacional pueden incluir algunos o incluso todos los síntomas a la vez, que pueden ser: ansiedad, fatiga, irritabilidad, cambios de humor, dolores de cabeza, dormir demasiado o muy poco, cambios en el apetito, pérdida o ganancia de peso, incapacidad para concentrarse, aumento del deseo de estar solo y pérdida de interés en las cosas que normalmente causan satisfacción o placer.

Según la psicóloga clínica Linda Blair "se necesitan tres días para relajarse cuando terminas las vacaciones, y nos llevará un poco de tiempo volver a sumergirnos en la vida real".

La
tristeza de dejar atrás un nuevo país o lugar explorado, las amistades hechas en el camino... todo tiene el potencial de hacer que te sientas deprimido después de viajar.

La nostalgia que nos sobreviene tras tener un viaje increíble y saber que es un recuerdo único en la vida tiene un gran peso sobre nosotros.

Tener que
volver a la rutina de la vida, a los almuerzos escolares, a la escuela o al trabajo, tener volver a poner lavadoras, hacer la compra, preparar tus propias comidas... Sabiendo perfectamente que no hay aventuras o emociones esperándonos todos los días y que algunos días serán realmente "aburridos", todo ello salteado con imprevistos y tareas domésticas por doquier.

Cómo vencer la depresión postvacacional

Ante todo, date tiempo para volver a acostumbrarte a tu rutina diaria. Es desaconsejable la inmersión brusca en las rutinas diarias sin haber descansado unos días tras volver de vacaciones y acomodarte a tu vida de siempre.

Es importante destacar que es bastante normal sentirse deprimido después de viajar. Además, hay que tener en cuenta el jet lag. El reloj corporal, que se encuentra en el cerebro, en el hipotálamo, tarda algunos días en ajustarse a la sincronización de la luz y la oscuridad tanto en nuestro destino como a la vuelta, y este ritmo interrumpido provoca una serie de síntomas desagradables, como cansancio, dolor de cabeza, desorientación, mala concentración e indigestión. Así que el mejor consejo es dejar unos días para adaptarnos y, si no es posible, permítete al menos un día para estar en casa y recuperarte tranquilamente del viaje.

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