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¿Se contagia el coronavirus a través del humo del tabaco?

Un experto nos ilustra sobre la evidencia científica que existe al respecto. Además, el tabaquismo conlleva otros problemas para los pacientes COVID-19.

Laura Marcos

Durante el tiempo relativamente breve que llevamos enfrentándonos a la pandemia de COVID-19, laboratorios internacionales han publicado centenares de estudios tratando de determinar con más exactitud cómo es el contagio de este coronavirus, a través de qué medio (por el aire, en aerosoles...) y cuánto dura en los objetos; todo ello, para minimizar los contagios. Ya sabemos que el SARS-CoV-2 viaja en gotas de saliva microscópicas; que no se contagia a través de las relaciones sexuales, pero sí de los besos; que no puede propagarse a través de los gases intestinales, pero sí se ha hallado su presencia en heces y orina...

Determinados gobiernos locales, como el de la Comunidad Autónoma de Galicia, han decidido prohibir fumar en lugares públicos, esperando así disminuir el riesgo de propagación. Pero, ¿qué evidencia científica existe al respecto? ¿Puede el coronavirus contagiarse a través del humo del tabaco? 

Francisco José Roig Vázquez, doctor en medicina y médico adjunto del servicio de Neumología del Hospital 12 de Octubre (que ha sido entrevistado por Muy Interesante en otras ocasiones) nos aporta algunas claves para responder a esta cuestión.

La respuesta rápida es que no; el coronavirus no ‘viaja’ en el humo del tabaco o, para ser prudentes, no hay suficientes estudios clínicos que demuestren que el SARS-COV-2 utilice el humo del cigarrillo para propagarse. 

“No hay estudios que comparen si el aire exhalado de un fumador tiene carga viral como para contagiar, comparado con otro enfermo COVID-19 que no esté fumando. Si el humo del tabaco es un vehículo transmisor o no todavía no está demostrado”, ha explicado a Muy Interesante el doctor.

No obstante, estudios similares sí han analizado el contagio de otro tipo de virus a través del humo del tabaco. Por ejemplo, el doctor Roig señala una investigación de 2018, publicada por una revista de la Academia de Medicina de los Estados Unidos (PNAS). Este estudio concluyó que el humo del tabaco no facilitaba la transmisión del virus de la gripe (influenza).

“Como estamos hablando de virus, también es muy probable que con el SARS-CoV-2 pase exactamente lo mismo”.

Ahora bien; ¿significa esto que los fumadores pueden relajarse? El hecho de que no haya evidencia de que el humo pueda contagiar el coronavirus no es razón para dejar de plantear medidas como la que ha implantado el gobierno de Galicia. Las razones por las que el coronavirus y el tabaco puede ser una combinación problemática son otras, e igual de importantes. 
 

Para empezar, como señala Roig Vázquez, si bien los tienen la misma probabilidad de contagiarse que un no fumador, al mismo tiempo, tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave con COVID-19, en comparación con los no fumadores. Esto no solo contribuye a generar pacientes críticos, sino también al contagio: “Fumar o vapear se asocia con más tos y expectoración lo cual puede facilitar la propagación de virus”, explica. 

Además, el doctor añade: “La exposición, directa o pasiva, al humo de tabaco puede inflamar la vía aérea y ser un factor predisponente para una mayor gravedad del COVID-19". 

Fumar en lugares públicos conlleva, no solo la exposición de terceros al humo del tabaco, sino una serie de hábitos que, según Roig Vázquez, tampoco serían muy favorables para las medidas sanitarias de prevención. Por ejemplo: “Los gestos mano-boca-mascarilla facilitan la trasmisión por contacto del coronavirus con la saliva contaminada”, explica. 


Por último, en opinión del doctor Roig Vázquez, es más que criticable que los gobiernos hayan considerado los estancos como 'negocios esenciales'. "Esto es un contrasentido, parece que no les importa el humo del tabaco en la COVID-19, sino solo si este humo puede transmitir el coronavirus". Como alternativa, señala Roig, se podría haber planteado la venta financiada de sustitutos de nicotina para evitar la abstinencia.

El tabaquismo, además de ser un importante problema de salud pública por sí mismo, no solo no contribuye a frenar la pandemia sino que, en algunos casos puede empeorar la situación de pacientes con COVID-19 o crear determinadas circunstancias de que faciliten la propagación.

Todo ello a pesar de que no esté demostrado que el humo sea un vehículo transmisor del virus, lo cual está aún por determinar.

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