Cuidar el planeta para evitar otra pandemia
El riesgo de aparición de enfermedades infecciosas transmisibles al ser humano aumenta sensiblemente con la destrucción de la naturaleza, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, advierten los expertos.
Existe una clara relación entre la salud del planeta y nuestro bienestar, asegura el coordinador de Conservación de la organización ecologista WWF España, Luis Suárez. Y es que múltiples estudios muestran cómo la destrucción de la naturaleza aumenta el riesgo de la aparición de enfermedades, caso de la reciente pandemia generada por el virus SARS-CoV-2.
Para que exista un equilibrio entre toda la serie de animales, plantas, virus, bacterias y demás seres vivos que forman parte de un ecosistema, hace falta que los hábitats se encuentren bien conservados y en equilibrio. En estas circunstancias, los virus se encuentran distribuidos entre las especies y no afectan al ser humano. “Nosotros los vemos como agentes nocivos, pero en realidad forman parte de la biodiversidad”, explica Suárez.
En el momento en el que la naturaleza se altera o se destruye, se debilitan los ecosistemas y se facilita la propagación de agentes en potencia patógenos. Las principales causas que fomentan la pérdida de biodiversidad en nuestro planeta son la deforestación, el tráfico de especies, la explotación intensiva agrícola y ganadera y el cambio climático, según WWF.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene detectadas más de doscientas enfermedades zoonóticas, o sea, que se transfieren de las especies animales al ser humano. Además, el organismo internacional señala que el 70% de las dolencias humanas tienen precisamente ese origen.
El cambio climático, por lo tanto, desempeña un doble papel en los procesos relacionados con el desarrollo de enfermedades: impacta directamente en la salud de las personas y amplifica las principales amenazas que afectan a la biodiversidad, lo cual favorece la expansión de virus o bacterias.
El pasado noviembre, la revista médica The Lancet publicaba el informe Lancet Countdown, donde se señalaba que la mitad de la población mundial está en peligro de padecer dengue, enfermedad viral transmitida por mosquitos. Y el motivo de esta propagación “más rápida” no es otro que el cambio climático.
Como indica la OMS, el clima es considerado “una parte integral del funcionamiento de los ecosistemas”. El organismo explica que la salud humana se ve afectada directa e indirectamente por las condiciones existentes en los entornos naturales terrestres y marinos.
Por otra parte, el calentamiento global no solo lanza gases a la atmósfera al derretir las masas heladas del planeta, sino que además pueden ver la luz virus de distintos tipos que han permanecido siglos congelados en el permafrost. “La fusión de un glaciar chino podría liberar 33 especies, 28 de ellas desconocidas para la ciencia y con potencial infeccioso en humanos”, advierte Suárez.
Por Daniela Gómez
La opinión del experto: Fernando Valladares, investigador del CSIC
¿Cuándo se producirá la próxima pandemia? “Sabemos que saldrá un premio de la lotería, pero ignoramos si aparecerá al principio del sorteo o al final, explica el biólogo Fernando Valladares. Si no mejoramos los mecanismos para proteger la naturaleza, no vamos a estar protegidos de forma sostenible”, recalca.
Valladares plantea que resulta imposible cubrir la hipotética situación de mantener un sistema sanitario diez veces mayor al actual. El riesgo de que aparezca otra epidemia global es algo con lo que debemos aprender a vivir, señala. “Podemos estar años sin ninguna, pero quizá en un mismo año sufrimos dos o tres”, señala Valladares. Además, este avisa de lo siguiente: “Si el coronavirus tuviera la letalidad del ébola, estaríamos hablando de un problema inmanejable”.
Valladares, que ejerce de divulgador ambiental, apela al papel que juega cada persona dentro del mercado. “Desempeñas un rol importante como votante y consumidor: puedes hacer sentir la presión sobre determinadas peticiones”, asegura el biólogo. Así, recuerda que “en la naturaleza existen muchos movimientos que no dependen de un líder”. Se refiere a organizaciones de comportamientos complejos guiados por los propios individuos, “desde los vuelos de estorninos en bandadas de 15000 aves hasta los insectos sociales que no reciben órdenes”.
En este sentido, Valladares insiste en la importancia de “no ver como un retroceso dejar de hacer cosas que hacíamos antes”. Es un momento decisivo, y debemos apostar por “actos de valentía” que reduzcan la huella ambiental, como evitar tomar aviones, y de esta forma reducir las emisiones de CO2 . Para explicar la importancia de la transformación social y política, Valladares utiliza una analogía: “Es como tener hijos durante la guerra; mucha gente creía que no era el momento. Pero, gracias a que algunos no lo pensaron tanto, existían jóvenes dispuestos a hacer cosas cuando todo terminó”.