COVID-19: ¿es necesario llevar mascarilla dentro de casa?
Un artículo científico aconseja usar la mascarilla dentro de casa para prevenir la transmisión del virus SARS-CoV-2 entre los miembros de la familia. ¿Es un estudio fiable?
Un estudio publicado hace pocos días en la revista BMJ Global Health concluye que el uso de mascarillas en el hogar es eficaz y recomendable para detener la propagación de la COVID-19. No obstante, el éxito de esta medida de prevención dependería del momento en el que se inicie el uso de las mascarillas: hay que llevarlas antes de que la persona infectada empiece a manifestar síntomas de COVID-19. Otras medidas de protección como limpiar frecuentemente la casa con algún desinfectante tienen la misma eficacia, en torno al 77 %.
Se ha demostrado que evitar las aglomeraciones y mantener medidas de distanciamiento físico, así como el uso de mascarillas en el transporte público y otros lugares donde no sea posible mantener dicha distancia, son medidas efectivas para frenar la transmisión del virus. Sin embargo, no está del todo claro si llevar mascarilla dentro de casa es igualmente efectivo. Para comprobarlo, los investigadores llamaron a 460 personas de 124 familias de Pekín que habían convivido con alguna persona infectada por SARS-CoV-2 y les hicieron preguntas sobre sus hábitos de vida durante la pandemia. Los resultados revelaron que en 41 de las 124 familias el virus se había transmitido entre varios de sus miembros, haciendo un total de 77 adultos y niños infectados. Las familias que acostumbraban a limpiar sus casas con desinfectante a diario, que ventilaban y que mantenían una distancia de un metro tenían menos probabilidad de transmitirse el virus, incluso en las familias más numerosas.
¿Las autoridades deberían recomendar el uso de mascarillas en casa?
“Los resultados del estudio no son robustos, tiene varias limitaciones tanto en el diseño como en el análisis estadístico”, explica Antonio Lazzarino, investigador en el Departamento de Epidemiología y Salud Pública de la Universidad Global de Londres, a Science Media Centre. “La principal limitación es que está diseñado a nivel familiar y no a nivel individual. Esto significa que los autores no han considerado el riesgo individual de infectarse con o sin mascarillas: lo que hicieron fue evaluar si en las familias con hábito de usar mascarilla tenían un mayor o menor riesgo de contraer la COVID-19”. Es decir: seguramente las familias que usen la mascarilla en casa también tienen menos probabilidades de infectarse por otros motivos que no tienen nada que ver. Por ejemplo, es probable que sean personas que en la calle guarden con más disciplina la distancia física, o que se hayan confinado antes para evitar contagiarse.
“Además, se trata de un estudio retrospectivo basado en un cuestionario, por lo que puede estar potencialmente afectado por el sesgo de recuerdo”, añade Lazzarino. “Tampoco se distingue el tipo de mascarilla empleada, si era quirúrgica, de tela… En definitiva, este trabajo por sí solo no sería suficiente para hacer recomendaciones de ningún tipo”.
Para Babak Javid, investigador en la Facultad de Medicina de la Universidad de Tsinghua (Pekín), sin embargo, el estudio arroja algunos datos interesantes: “Todavía no conocemos con certeza las rutas de transmisión para la COVID-19. Este trabajo destaca una serie de factores: primero, que la mayor parte de la transmisión ocurre antes de que los pacientes muestren síntomas. Esperar a que las personas desarrollen síntomas no ayudará a romper la cadena de transmisión”, reflexiona el experto. “En segundo lugar, existe un debate actual sobre si la transmisión es por aerosol. Estos datos sugieren que no sería así, ya que el aislamiento del caso primario dentro del hogar por simple distanciamiento físico se asoció con una disminución sustancial del riesgo de transmisión. En tercer lugar, el uso de mascarillas, incluso dentro de los hogares, puede reducir la transmisión, pero solo si se usa antes de que el caso primario muestre síntomas. Esto tiene implicaciones pragmáticas obvias, ya esta medida sería difícil de aplicar, pero sugiere que las mascarillas son más útiles para prevenir la transmisión de individuos presintomáticos. Finalmente, el uso de detergentes y desinfectantes también tuvo un efecto protector: esto sugiere que cierta transmisión de COVID-19 se debe a la contaminación de las superficies y, nuevamente, tiene implicaciones de mayor alcance a nivel de salud pública”.