Darse atracones de alcohol afecta a las capacidades mentales
La ingesta de alcohol es un hábito común entre los jóvenes y es de vital importancia conocer los efectos nocivos que puede tener sobre sus cerebros.
A un grupo de investigadores españoles les pareció relevante analizar la forma en que darse un 'atracón' de alcohol con frecuencia puede repercutir sobre las capacidades cognitivas de los estudiantes universitarios.
Para investigar esta cuestión, Diana Salas, de la Universidad de Cantabria, y sus colaboradores, realizaron un estudio en el que participaron un total de 206 estudiantes universitarios entre los 17 y los 22 años. A todos ellos se les preguntaron cuestiones sobre su estilo de vida (por ejemplo el ejercicio físico, el consumo de alcohol…) y además se les realizaron diversos test de memoria así como de lo que se ha denominado 'funciones ejecutivas' que son esas capacidades mentales que nos permiten proponernos metas y organizar los planes y pasos necesarios para lograrlas.
Se clasificó a los participantes en función de sus hábitos de ingesta de alcohol, diferenciando el grupo de los que presentaban 'atracones' de alcohol (casi un 48% del total de participantes) y el grupo de los que no mostraban ese patrón de consumo de alcohol. Al analizar los resultados en los test neuropsicológicos se observaron ciertas diferencias entre ambos grupos. Los datos, publicados recientemente en la revista PLoS ONE (2016) mostraban que el grupo que ingería alcohol en forma de 'atracones' rendía significativamente peor en tareas de funciones ejecutivas, concretamente en una medida de flexibilidad mental y atención compleja. De forma importante, además, los resultados mostraron que las puntuaciones en el test eran peores cuanto más joven se había empezado a consumir alcohol, lo que los autores interpretaron como un factor acumulativo del daño.
Estos resultados hacen que reflexionemos sobre la importancia de educar a los jóvenes en las consecuencias de beber alcohol en grandes cantidades y eliminar falsas creencias sobre su inocuidad. Otra cuestión de interés es saber si existe alguna posibilidad de revertir esos efectos negativos sobre las funciones intelectuales. ¿Sería posible mejorar el rendimiento mental con un entrenamiento cognitivo? Se necesitarán nuevas investigaciones para averiguarlo pero lo que queda claro es que tenemos muchas tareas por delante en cuanto a prevención e intervención en el consumo de alcohol.
Marisa Fernández Sánchez, Neuropsicóloga Senior, Unobrain