Vivir en zonas de tráfico aéreo o cerca de una autopista aumenta el riesgo de infarto
Un estudio realizado por la Universidad de Berna (Suiza) y basado en los datos epidemiológicos de más de 4,6 millones de adultos suizos ha revelado que las personas que viven en áreas residenciales sobre las que pasan rutas aéreas comerciales tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón que el resto de la población.
Un estudio realizado por la Universidad de Berna (Suiza) y basado en datos epidemiológicos de más de 4,6 millones de adultos suizos ha revelado que las personas que viven en áreas residenciales sobre las que pasan rutas aéreas comerciales tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón que el resto de la población.
La investigación, publicada en el último número de la revista Epidemiology, sugiere que la exposición diaria a niveles de ruido por encima de los 60 decibelios (equivalente al generado por una aglomeración de gente) eleva un 30 por ciento el riesgo de morir por un infarto, en comparación con las personas que están expuestas a niveles por debajo de los 45 decibelios (similar a los niveles generados por una conversación).
Además, los científicos suizos han registrado que, tras 15 años de exposición a niveles superiores a los 60 decibelios, el riesgo aumenta hasta el 50 por ciento, en comparación con la población general. Medir la exposición de las personas que vivían en zonas con tráfico aéreo ha sido complicado, según los autores, "ya que el ruido de los aviones es intermitente y puede superar los 100 decibelios durante el despegue o el aterrizaje". Sin embargo, según el autor del estudio, Matthias Egger, "60 decibelios es una media que se aproxima al ruido al que se exponen estas personas, algo así como vivir en un bar atestado de gente".
En esta misma línea, el equipo de Egger también detectó que vivir a menos de 100 metros de una autopista también incrementaba el riesgo de ataque al corazón, aunque no se encontraron problemas cardiacos significativos asociados a la polución. Aunque el tráfico rodado y el aéreo producen diferentes niveles de ruido (el rodado es más constante), y no es fácil establecer comparaciones, Egger asegura que "ha quedado claro que el ruido afecta de forma negativa a la salud de las personas".