Carver Mead: El detective de los electrones
¿Cómo empezó a investigar en el campo de la microelectrónica?
Justo cuando acababa mi tesis doctoral, el físico japonés Leo Esaki inventó el diodo que lleva su apellido, basado en su descubrimiento del efecto túnel del electrón. Este fenómeno es una manifestación macroscópica de la naturaleza ondulatoria de los electrones que les permite atravesar barreras muy finas que no podrían superar si fueran solo partículas mecánicas. Esaki vino a mi universidad, el Instituto Tecnológico de California, a dar un seminario. Yo me enamoré de ese fenómeno físico y pasé los primeros diez años de mi carrera investigándolo.
Aunque era un campo muy complejo, usted supo encontrarle aplicaciones prácticas...
Una parte de mi trabajo consistía en estudiar los contactos entre metales y semiconductores mano a mano con mi colega Bill Spitzer. Juntos llegamos a comprender cómo funcionan estas estructuras y las relaciones energéticas entre los distintos elementos. Me di cuenta de que, para ciertas combinaciones, uno de esos contactos podría actuar como un electrodo de control ideal en una estructura de transistor. Entonces, a través de la compañía Texas Instruments, conseguí una fina capa de arseniuro de galio (un compuesto semiconductor) que habían hecho crecer sobre un sustrato aislante. Me pasé todo el día de Acción de Gracias de 1965 en el laboratorio, y así nació el transistor de metal semiconductor con efecto de campo o MESFET, que funcionó a la perfección. El avance fue publicado en Proceedings of the IEEE, una revista de referencia, en febrero de 1966.
Puedes leer la entrevista completa, realizada por José Ángel Martos, en el número 373 de Muy Interesante.
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