Récords del mundo animal

Excluyendo el período de hibernación,el animal que duerme más horas es sin duda el koala con un total de 22 horas cada día. Casi ni se despierta y las dos horas restantes las dedica a comer y a asearse. Le siguen el perezoso (que duerme unas 20 horas al día), y el armadillo (19 horas al día).

Se trata del gorgojo. Los curculiónidos conocidos como gorgojos, de la familia de los escarabajos, representan una familia de insectos que se nutren con alimentos vegetales como puede ser la madera o granos como el arroz. Los hay de los cereales, de las nueces, de los hongos... y pueden representar una plaga tremendamente molesta.

Cuando se trata de memoria a largo plazo, los delfines superan con creces a los elefantes. Un estudio de la Universidad de Chicago (EE.UU.) concluía que estos mamíferos acuáticos tienen la memoria social más duradera jamás registrada en especies animales; tanto que son capaces de recordar y reconocer el silbido característico de otro delfín con el que han convivido después de que hayan transcurrido más de 20 años sin escucharlo.

Sí. La especie de medusa Turritopsis nutricula podría ser considerada como el único animal en el mundo que realmente vive eternamente. Este hidrozoo, de forma acampanada y apenas medio centímetro de longitud, no muere tras alcanzar su estado adulto, sino que vuelve a su forma juvenil y repite su ciclo vital hasta alcanzar una segunda madurez... Este proceso puede repetirlo hasta un número de veces potencialmente infinito, según los científicos. Las almejas y las tortugas podríamos considerarlas animales “casi” inmortales por su enorme longevidad.

El más rápido es sin duda un tipo de ácaro. La velocidad del “Paratarsotomus macropalpis” es 322 longitudes de cuerpo por segundo, equivalente a una persona que corre a unos 2.092 kilómetros por hora, es decir, casi 1,9 la velocidad del sonido. El anterior poseedor del récord a animal más veloz del mundo era el escarabajo tigre australiano, que alcanza un total de 171 longitudes de cuerpo por segundo.

Según la revista Scientific American, el mamífero terrestre más agresivo y más temible del mundo es el tejón de la miel (Mellivora capensis). Viven en África y Asia, en las madrigueras que otros animales dejan abandonadas. Pertenecen a la familia de las comadrejas y su voracidad se debe a que emplean garras, afiladas y potentes, para arrasar termiteros, gallineros o panales.

El único nombre que no pertenece a ninguna especie animal es Attacus harpyja. Los nombres del resto derivan de la mitología clásica. Dracaena cinnabari es el nombre científico de un árbol también conocido como árbol de la sangre de dragón, originario del archipiélago de Socotra (Yemen). Basiliscus plumifron, o basilisco verde, es un lagarto americano capaz de correr sobre el agua a 12 km/h para escapar de sus predadores.

¡Un embarazo larguísimo! La salamandra negra alpina tiene un periodo de gestación de 3 años y dos meses. Todo un récord. Respecto a los otros, el periodo gestacional de la orca está entre los 16 y 17 meses y el del elefante entre los 22 y 24 meses.

Verdadero. Los dientes de algunas especies de caracoles son bastante distintos a los nuestros (algo así como una dentadura en miniatura), pero cumplen básicamente la misma función. Algunos sirven para masticar y otros para inyectar veneno en sus presas.

La lengua del murciélago Anoura fistulata mide una vez y media la longitud de todo su cuerpo, proporcionalmente más que la de cualquier otro mamífero. ¡Es increíblemente larga! ¿Para qué la emplea? Este murciélago la utiliza para sorber el néctar de las flores de las que se alimenta.

El récord de salto alcanzó los 5,35 metros de longitud. Esta rana de nariz puntiaguda y color marrón amarillento es, por tanto, muy atlética. Tiene unas poderosas patas posteriores que le permiten dar grandes saltos.

La criatura más venenosa es una cubozoa denominada Chironex fleckeri y más comúnmente conocidas como “avispas de mar”. Son famosas por los efectos catastróficos de su veneno. Habita en las costas australianas, filipinas y otras áreas tropicales y su neurotoxina ataca conjuntamente al corazón y el sistema nervioso. El veneno, que se desprende al más mínimo contacto con el animal, activa todos los centros de dolor simultáneamente, inmovilizando a la persona por el dolor. La sensación es equivalente a quemarse vivo.