Los rincones más bonitos del mundo
Lugares impresionantes, que cortan la respiración. Repasamos las maravillas más hermosas que podemos visitar en nuestro planeta.
¿Buscas lugares extraordinarios, para perderte? ¿Lugares que deberías ver al menos una vez en la vida? En este repaso gracias a la fantástica guía de Lonely Planet titulada “Las 101 maravillas del mundo”, os ofrecemos un inolvidable recorrido, tremendamente inspirador, por lugares únicos, muchas veces inaccesibles. En la guía de Lonely Planet encontraremos no solo una buena ruta donde planificar nuestros próximos viajes cuando sea seguro, sino también consejos de expertos sobre cómo y cuándo realizar dichas visitas, qué alojamientos más recomendables o los mejores itinerarios, según nuestro bolsillo.
Porque visitar las maravillas de nuestro planeta está más al alcance de la mano de lo que imaginas.
Además, viajar nos permite una excelente oportunidad para aprender. Sobre nosotros y nuestro planeta. Ver el mundo nos ofrece una educación que es absolutamente imposible conseguir en la escuela. Viajar te enseña economía, política, historia, geografía y sociología de una manera intensa y práctica como ningún centro lo hará (y no requiere examen de ingreso).
Viajar nos abre los ojos: si estamos abiertos y dispuestos, viajar nos convertirá en un ser humano increíblemente más completo. Nos ayuda a aprender quiénes somos, porque pasaremos mucho mas tiempo del habitual sin las distracciones tecnológicas a las que nos hemos acostumbrado en nuestro día a día.
Y no podemos olvidar que viajar hace que desarrolles habilidades que ni siquiera sabías que tenías, como ser capaz de cruzar un desfiladero o pedir con éxito la comida en un restaurante vietnamita rural.
Viajar también demuestra que los sueños se hacen realidad y, más, si, por ejemplo, te planteas un viaje para dar la vuelta al mundo. Es posible hacer un viaje alrededor del mundo sin necesidad de arruinarte; solo tienes que decidir si estás dispuesto a dar el primer paso y comenzar a planificar el itinerario. Si eres el tipo de persona que sueña en un periplo de este tipo, probablemente seas alguien que busque nuevos desafíos. Terminar un viaje te da la satisfacción de haber podido establecer la meta de viajar y lograr lo que te propusiste: ver mundo. Por el momento...
¿Preparado para el viaje por los tesoros del planeta al alcance de todos?

¿Subir a lo más alto del continente africano te parece un sueño que merece ser cumplido? La cima se encuentra a 5.896 metros y las estrellas allí brillan de forma espectacular. Aunque no quieras hacer el ascenso, pues no es apto para cualquier viajero promedio, siempre puedes deleitarte con las llanuras de África y la observación de elefantes o búfalos. El mejor momento para visitar el Kilimanjaro es desde finales de junio a octubre y de finales de diciembre a principios de marzo, una vez pase la temporada de lluvias y antes de las grandes lluvias.

Las ruinas del Gran Zimbabue inspiraron una nación moderna y modificaron la percepción de los primeros historiadores europeos sobre el África antigua. Es la mayor estructura del antigua del África subsahariana. El lugar rebosa grandiosidad. Este complejo es Patrimonio Mundial de la Unesco y lo bueno es que no hay un momento especial o mejor para visitarlo durante el año. Puedes viajar en cualquier momento. Aunque, eso sí, si deseas hacer un safari, mejor acudir en temporada seca, de julio a septiembre.

Nos encontramos en Madagascar, lugar famoso por sus animales pero, en este caso, el protagonista es su paisaje. Las formaciones kársticas de Tsingy de Bemaraha son absolutamente extraordinarias, gracias a la acción del tiempo, la lluvia y el viento. ¿Sabías que el nombre autóctono de esta zona significa 'lugar donde no se puede caminar'? Su ascenso es espectacular y no es una zona fácil de recorrer. Las vistas lo merecen. ¿Te atreves con el puente suspendido? La mejor época para visitar este lugar es de abril a junio y de septiembre a octubre, cuando los días son cálidos y también hay menos visitantes que en verano, julio y agosto.

Viajamos a Egipto. Estos templos representan lo mejor de la historia antigua y subir por las escaleras del gran templo de Ramsés II, por ejemplo, hace que uno se sienta realmente pequeño. Tallado directamente de una montaña durante el siglo XIII a.C., el templo de Abu Simbel se diseñó para que durante la fecha de cumpleaños y coronación del faraón, los primeros rayos de Sol penetraran en el interior iluminando las estatuas de Ramsés II y del dios Ra, al fondo del santuario. ¿La mejor época para visitarlo? De octubre a febrero, cuando el tiempo es más soleado.

Nos movemos ahora a Canadá. En estas espectaculares islas vírgenes, conocidas como las “Galápagos de Canadá” debido a su fauna y flora, aún se conserva la cultura ancestral de los haida y, como podemos ver, una belleza natural incomparable. El pueblo indígena de los haida es la esencia clave de este paraje. Podemos sumergirnos en su cultura mediante excursiones en kayak o en bote guaidas por nativos. Es mejor ir entre mayo y septiembre, pues tendremos más horas de sol y mejor temperatura.

En Estados Unidos, concretamente en Arizona, encontraremos este cañón esculpido por la naturaleza, agua y viento que han tallado una catedral de arenisca con remolinos en tonos rojizos. Como si de una obra de arte se tratara, estas formaciones de roca parecen de otro mundo. Es mejor ir a media mañana entre los meses de abril y septiembre, evitando los meses más turísticos para intentar obtener una experiencia más íntima de este extraordinario lugar lleno de luces y sombras.

En Estados Unidos, la diosa hawaiana de los volcanes, Pele, tiene su sede en este caótico trozo de tierra. Aquí, dos volcanes dominan la vista: Mauna Loa, el volcán sobre agua más alto del mundo (con 4.170 metros) y Kilauea, que lleva décadas en erupción. Este paisaje requiere al menos un día de ruta de senderismo por el parque nacional. Hay que tener en cuenta que suele llover y las nubes coronan también el escenario, por lo que es mejor acudir en agosto y septiembre para toparse con cielos más despejados.

Este precioso sumidero de la costa de Belice debería ser otro de esos lugares que tenemos que visitar al menos una vez en la vida. El sumidero dibuja un círculo azul perfecto en el mar y realizar una inmersión con traje de buzo puede ser de las experiencias más espectaculares que puedas llevar a cabo. Recuerda que esta sima marina tiene paredes con una profundidad de 122 metros que te hacen descender a un lugar sobrecogedor y privado, gracias a la caprichosa naturaleza. Hay una mayor visibilidad en la zona durante diciembre y abril, aunque se considera temporada alta y los precios son más altos. El mes de mayo sería el equilibrio perfecto entre poco turismo y buen tiempo.

No tienen rival en cuanto a volumen se refiere. Más de 2.830 toneladas de agua por segundo se desploman en picado. El espectáculo es impresionante. El aliento del Niágara es ensordecedor y te alegrarás de ver estas tres cascadas separadas que caen en distintas partes de la frontera entre Estados Unidos y Canadá. En junio o septiembre sería el momento más adecuado para ir, con menos turistas y sigue haciendo buen tiempo. Recomendamos llevar impermeable.

Viajamos ahora a Colombia. Entre los Andes y el Amazonas nos topamos con las llanuras tropicales del centro de Colombia, con praderas inundadas estacionalmente y el río más llamativo del planeta: Caño Cristales. ¿Por qué? El río lleva el apodo de “el río de los cinco colores”, o incluso “arco iris líquido”, así que ya tenemos una idea de la causa. Sus cristalinas aguas se ven adornadas por algas de colores que cubren el lecho del río cada año. El mejor momento para apreciar los fabulosos colores del río es entre julio y noviembre, precisamente cuando la erupción de las algas forma un manto rojo bajo el agua.

El archipiélago de las Galápagos en Ecuador es uno de los lugares donde los animales ni se inmutan al ver humanos. Aquí, cerca del 97% de sus reptiles y mamíferos terrestres no los encontraremos en ningún otro lugar del globo. Es un paraíso alucinante, donde te recomendamos que tampoco te pierdas las playas de la isla volcánica de Bartolomé y las iguanas marinas de la isla Española. ¿Cuándo ir? De enero a mayo hace sol, la temperatura es bastante cálida y llueve muy de vez en cuando. Son los mejores meses para acudir a este paraíso.