La golondrina común, Ave del Año 2014

A pesar de su abundancia, se trata de una especie en claro declive, principalmente por culpa de los cambios en el medio rural y de las políticas y técnicas agrarias, explican desde la organización SEO/BirdLife.
Fotografía: Santiago Álvaro

La golondrina común (Hirundo rustica), Ave del Año 2014 pertenece al orden de los Passeriformes y a la familia de los Hirundinidae. Tiene una longitud media de unos 18 centímetros y con las alas abiertas alcanza aproximadamente una envergadura de unos 33 centímetros.
Fotografía: Miguel Ángel Rojas Ruíz

La golondrina común (Hirundo rustica) se conoce como Andoriña en gallego, Oreneta vulgar en catalán, Enara arrunta en euskera y Barn swallow en inglés. Se pueden observar en España entre los meses de febrero a octubre. En esta preciosa fotografía las vemos tranquilamente posadas en unas ramas.
Fotografía: Javier Milla

La golondrina común (Hirundo rustica) es una de las aves más populares y de las mejor estudiadas. Gracias a ella los ornitólogos han consiguido escudriñar diversos aspectos de las migraciones, la selección sexual y de la reproducción en las aves.
Fotografía: Miguel Ángel Hernansanz

Un pequeño aparato de menos de 0,6 gramos dispuesto en la espalda de las aves ha permitido conocer más detalles sobre la migración de estas aves. La recaptura de dos golondrinas comunes en la primavera de 2013, marcadas con geolocalizadores dentro del Programa Migra de SEO/BirdLife sirvió por primera vez en España conocer sus movimientos, rutas migratorias y zonas de invernada, necesarios para conocer su biología y facilitar su conservación.
Fotografía: Javier de la Puente

La dieta de la golondrina común es insectívora, pero varía entre lugares y épocas. Las presas más consumidas son moscas y mosquitos. En la foto podemos ver algunos pequeños ejemplares pidiendo a gritos comida a sus padres.
Fotografía: JF Orueta

Hormigas voladoras, chinches, avispas, escarabajos… cualquier tipo de insecto que lleven sus padres en la boca saciarán el hambre de estos pequeños polluelos hambrientos.
Fotografía: JF Orueta

Desde SEO / BirdLife explican que las aves españolas invernan en el golfo de Guinea y regresan de forma paulatina al área de cría, con un desfase de hasta tres meses entre el norte y el sur. En Andalucía y Extremadura normalmente empiezan a verse en enero, con llegada masiva desde febrero; en el centro y el este de la Península suelen hacerlo un mes después, y en la Meseta norte y la cornisa cantábrica no se vuelven comunes hasta abril. Los machos más viejos retornan antes, y en décadas recientes se ha constatado un regreso más temprano, unas tres semanas antes. Durante el paso otoñal hay cierta segregación de espacio y tiempo entre aves locales y migrantes del oeste de Europa. Las golondrinas españolas abandonan las zonas de cría desde julio, en el sur, hasta principios de septiembre, mientras que los ejemplares en paso suelen moverse, siguiendo la costa mediterránea, en septiembre y octubre. A partir de junio se reúnen en dormideros, formados al principio sobre todo por juveniles.

En este mapa y la tabla adjunta podemos ver la población de golondrinas en el año 2004, formada por un total de casi 30.000 ejemplares. Sin embargo, como apuntan desde SEO/BirdLife, “nos estamos quedando sin ellas. Los productos químicos y el deterioro del paisaje rural han hecho que su población baje más del 30% en la última década”. Estos datos suponen que hay 10 millones de individuos menos en la última década.