Vertido de petróleo en el Golfo de México

La plataforma petrolífera Deepwater Horizon, en el Golfo de México, estalló el 20 de abril provocando uno de los más importantes derrames de petróleo de la historia. Dos días después se hundía en el océano.

El 21 de mayo, un mes después del vertido, más de 11.000 kilómetros cuadrados de océano habían resultado afectados.

Imagen tomada el 30 de abril por el satélite Aqua de la NASA de la mancha de crudo en el golfo de México.

Una de las consecuencias del derrame fue que varios pelícanos pardos (en peligro de extinción) aparecieron cubiertos por petróleo un mes más tarde, incapaces de volar, en la bahía pantanosa de Barataria, Louisiana.

Toda la cadena alimentaria se vio afectada por el vertido en el Golfo de México, que ocupa el quinto puesto entre 25 regiones del mundo en materia de diversidad marina. El Golfo tiene 15.374 especies diferentes identificadas hasta ahora, lo que supone un promedio de una especie por cada 100 kilómetros cuadrados.

Científicos estadounidenses han utilizado una técnica de análisis visual desarrollada “velocimetría de pluma óptica” para calcular el volumen del derrame. El vídeo del primer período (desde el 22 de abril hasta el 3 de junio) indicaba un flujo de unos 56.000 barriles al día. Después del corte de la tubería, la tasa aumentó hasta unos 68.000 barriles.

Tras el derrame de Deepwater Horizon, la población bacteriana de las aguas del Golfo de México proliferó, según ponía de manifiesto un estudio de la Universidad de California en Santa Bárbara. Cerca del lugar del origen del vertido la mayoría de los microorganismos eran bacterias que degradan directamente hidrocarburos Los autores prevén ciclos de "altibajos" de sucesión bacteriana, dado que inicialmente florecen las especies consumidoras de propano, etano y butano, seguidas de consumidoras de varios hidrocarburos y metanos más elevados.

Una de las estrategias usadas por BP para frenar la salida de crudo fue la perforación de un pozo de alivio, con ayuda del Transocean Development Driller III (en la imagen), que logró interceptar el pozo original a 6.000 metros de profundidad.

El 19 de septiembre, las autoridades de Estados Unidos dieron por sellado definitivamente el pozo petrolífero, causante de la que ya se considera la peor catástrofe ecológica de la historia del país. No obstante, aún faltan meses para dar por concluida la limpieza del vertido.