¡Qué mona es la risa!

Para llegar a esta conclusión, Marina Davila Ross y sus colegas analizaron grabaciones de sonidos de vocalizaciones provocadas por las cosquillas en bebés y jóvenes orangutanes, chimpancés, gorilas y bonobos, así como en humanos. Posteriormente, un análisis filogenético de los datos acústicos mostró que las expresiones provocadas por las cosquillas en las cinco especies tiene su origen en un antepasado común de hace más de 10 millones de años. Los datos también apuntan a que, aunque el origen de la risa es compartido, cuando la evolución de los humanos se separó de la de los primates la carcajada humana también evolucionó, exagerando sus rasgos acústicos.