El miedo y el estrés son letales

En sus experimentos, Rowe y sus colegas hicieron crecer larvas de la especie Leucorrhinia intacta en grandes acuarios donde también había peces e insectos depredadores a los que las libélulas podían ver y oler (aunque no sabían que los peces no podían alcanzarlas), mientras que otro grupo permaneció en tanques de agua sin depredadores a la vista. Las larvas expuestas a la presencia de peces o insectos que suponían una amenaza tuvieron un índice de supervivencia entre 2,5 y 4,3 veces menor que aquellas no sometidas al mismo estrés. En un segundo experimento, los científicos observaron que el 11% de las libélulas juveniles en presencia de depredadores moría en el proceso de metamorfosis hacia insectos adultos. En un ambiente libre de peces, el índice de mortalidad fue mucha más bajo, de solo un 2%.
"A medida que aprendemos más sobre cómo responden los animales a condiciones estresantes -tanto debidas a depredadores y otros factores naturales, como si son causadas por la acción humana-, vemos que el estrés aumenta el riesgo de morir", aclara Rowe. Los hallazgos, podrían aplicarse a mútiples organismos, aseguran los investigadores, que sostienen que aún queda mucho por saber sobre los efectos letales del estrés.