Se incluyen tres especies de hormiga en el 'Catálogo Español de Especies Invasoras'
Cada cierto tiempo, y en función de la información científica disponible, el Catálogo se actualiza con la incorporación de nuevas especies.

Las especies exóticas invasoras representan uno de los grandes retos ecológicos del mundo contemporáneo. Es bueno recordar que las invasiones biológicas son parte fundamental y motor del cambio global antropogénico, junto con el cambio climático, además de ser la causa principal de pérdida de biodiversidad en el mundo.
Cada país tiene la capacidad de regular por ley listados de especies invasoras y la facultad de prohibir su tenencia, transporte, reproducción y liberación. En España, esta regulación pasa por dos niveles: el comunitario, a través de la Lista de especies exóticas preocupantes para la Unión Europea y para sus regiones ultraperiféricas, regulado por el Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo nº 1143/2014; y el estatal, recogido en el Catálogo de Especies Exóticas Invasoras, regulado por el Real Decreto 630/2013, y gestionado por el actual Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
No obstante, la condición de especie invasora no depende de una definición legal, sino de su comportamiento ecológico. Existen especies que, siendo invasoras, no están incluidas en ninguno de los dos listados, ya sea porque no se han propuesto para su regulación, o bien porque una vez propuestas —e incluso con un informe unánime del comité científico, como es el caso del eucalipto—, se decide rechazar su inclusión, por unos u otros motivos.
Con estos antecedentes, no debe sorprender que, en ocasiones, una Orden Ministerial incluya una o varias especies nuevas en el catálogo, a raíz de una propuesta de alguna institución, y con el aporte de información científica. La última actualización es la Orden TED/339/2023, y recoge el testigo de una propuesta encabezada por las comunidades autónomas de Baleares, Canarias y Cataluña, y ratificada por la Asociación Ibérica de Mirmecología.

Hormiga roja de fuego (‘Solenopsis invicta’) — Andersboman/iStock
La hormiga roja de fuego
Era cuestión de tiempo que la hormiga roja de fuego (Solenopsis invicta) entrase en el Catálogo de Especies Invasoras. Se trata de una pequeña hormiga de color rojo oscuro a marrón, con el abdomen negro. La obrera mide entre 1,5 y 5 mm de longitud, y es polimórfica —puede adquirir morfologías diversas—. La reina puede alcanzar los 9 mm.
Esta especie, nativa de Sudamérica, ya era invasora en Estados Unidos, Puerto Rico, Bermudas, Antigua y Barbuda, Trinidad y Tobago, China, Malasia, Filipinas, Taiwán y Australia. Se piensa que la introducción de hormiga roja de fuego en los distintos continentes ha sido accidental, a través de transporte marítimo. Está considerada como una de las 100 peores especies invasoras del mundo.
Por su carácter de especie omnívora; puede afectar negativamente a las cosechas, directamente forrajeando las plantas, e indirectamente, depredando a los polinizadores. También puede causar graves pérdidas en la ganadería: su mordedura es muy dolorosa, se percibe casi como una quemadura, y si ataca a los ojos puede provocar ceguera. La hormiga de fuego inyecta una toxina en la herida, que evoluciona a una ampolla o pústula blanca llena de líquido, muy característica.
Además, puede establecer simbiosis con insectos parásitos de plantas, como el pulgón, aumentando la peligrosidad y el daño de este tipo de plagas.

Mordedura de la hormiga roja de fuego (‘Solenopsis invicta’) — Jody Jacobson/iStock
La hormiga del faraón
Todo parece indicar que Linneo, cuando nombró a esta especie, pensó que fue la responsable de la conocida plaga bíblica descrita en el libro del Éxodo. La hormiga del faraón (Monomorium pharaonis) es extraordinariamente pequeña, no mide más de 2 mm de longitud. Las hembras obreras son de un color rubio y los machos tienden al negro. La reina, aunque mayor, apenas alcanza los 4 mm. Sus colonias son poligínicas, es decir, puede haber muchas reinas poniendo huevos a la vez en el mismo hormiguero.
Aunque es nativa del centro y norte de África, gracias al ser humano, actualmente está presente en todos los continentes excepto en la Antártida. Se reconoce su estatus de invasora en Japón, Polonia, Estados Unidos, Australia y en la isla de Madeira.
Su pequeño tamaño le permite infiltrarse entre las grietas de muros y edificios, habitar en su interior, e incluso, con el tiempo, horadar túneles en el hormigón con los que encontrar nuevas salidas. Son inquilinas habituales de viviendas, y pueden aparecer en hospitales, donde se convierten en vectores de bacterias patógenas como pseudomonas, estreptococos o estafilococos (Así puedes intoxicarte por estafilococos).

Hormiga del faraón (‘Monomorium pharaonis’) — Suman Ghosh/iStock
La hormiga loca
La tercera especie incluida en el listado es conocida como hormiga loca (Paratrechina (Nylanderia) jaegerskioeldi). También es pequeña, de entre 2,5 y 3 mm de longitud, y la reina en torno a los 8 mm, de color marrón claro. Se distribuye por la práctica totalidad del continente africano, desde Sudáfrica hasta la Península Arábiga y Marruecos.
A diferencia de las especies anteriores, de momento, no se ha descrito como invasora en otros países, aunque se ha citado su presencia como especie exótica en la cuenca mediterránea, sobre todo en Turquía, Israel, Grecia, Malta y España. En Canarias aparece citada desde el año 2002, especialmente en las islas de Tenerife y El Hierro.
La agresividad de esta especie es relativamente baja, sin embargo, las colonias pueden llegar a ser muy numerosas. Como la hormiga de fuego, también se asocia con el pulgón y el impacto asociado a la agricultura y la jardinería. En algunas zonas de Oriente Medio se considera una plaga doméstica, pues como la hormiga del faraón, puede habitar en grietas de muros y edificios. Si se extiende, no sería extraño que presentara el mismo problema en España.
Otras especies añadidas al catálogo
Aparte de las hormigas citadas, en la Orden TED/339/2023 se han incluido otras especies en el Catálogo de Especies Invasoras: un escarabajo del grupo de los gorgojos, conocido como picudo de la palmera (Diocalandra frumenti), el pez de origen asiático Paramisgurnus dabryanus, y toda la familia que conforman las mangostas y los suricatos (Herpestidae), con la excepción del meloncillo (Herpestes ichneumon). También ha sido incluida una especie de árbol: el gandul (Myoporum laetum).
Referencias:
- CABI. 2022. Prenolepis jaegerskioeldi. CABI Compendium, CABI Compendium, 116529. DOI: 10.1079/cabicompendium.116529
- GBIF Backbone Taxonomy. 2022. Nylanderia jaegerskioeldi (Mayr, 1904) in GBIF Secretariat [Data set]. GBIF Secretariat. DOI: 10.15468/39OMEI
- Gunawardana, D. 2022. Solenopsis invicta (red imported fire ant). CABI Compendium, CABI Compendium, 50569. DOI: 10.1079/cabicompendium.50569
- Orden TED/339/2023, de 30 de marzo, por la que se modifica el anexo del Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas, y el anexo del Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras., n.o Orden TED/339/2023, 83 50910 (2023)
- Monomorium pharaonis (pharaoh ant). 2022. CABI Compendium, CABI Compendium, 34587. DOI: 10.1079/cabicompendium.34587