La extraña vida sexual de las jirafas
No te imaginas la manera que tienen los machos de las jirafas de saber cuándo la hembra está disponible para procrear.

Las jirafas no son peculiares únicamente por su anatomía, por su gran altura y kilométrico cuello. Hay algo que también las hace muy especiales: la forma en la que se aparean.
Resulta que los machos de esta especie analizan el pis de las hembras para así saber si están dispuestas a procrear. Teniendo en cuenta lo difícil que resulta para estos animales agachar la cabeza para oler el líquido, la manera en que lo analizan es un tanto distinta.
Lo que hacen los machos es animar a las hembras a orinar y ellos atrapan con su boca el pis antes de que caiga al suelo. ¿Sorprendido?

Jirafa sacando la lengua
"No se arriesgan a llegar hasta el suelo debido al desarrollo extremo de su cabeza y cuello", dice Lynette Hart, autora de un estudio recientemente publicado en Animals que describe ciertos comportamientos curiosos de estos animales.
Los investigadores observaron este comportamiento en jirafas que se reunían en los abrevaderos de Namutoni, en el Parque Nacional de Etosha (Namibia). Allí vieron cómo los machos investigaban 102 veces a una hembra.
"Tienen que empujar a la hembra", explica Hart, "diciéndole: 'Por favor, orina ahora'. Y a menudo lo hace. Tiene que conseguir su cooperación. Si no, sabrá que no tiene futuro con ella".
El ritual sexual se inicia de la siguiente manera: el macho acaricia el hocico o toca la grupa de la hembra. En otras ocasiones, solo se mantiene cerca de ella. Hay hembras en celo que esperan incluso a que él esté cerca para hacer pis. Una vez que la hembra orina, el macho atrapa un poco de pis con la boca y lo hace pasar por una abertura que tiene en el cielo de la boca para dirigirlo hacia el órgano vomeronasal. De esta forma tan curiosa analiza las feromonas de la hembra para saber si está receptiva.
El órgano vomeronasal u órgano de Jacobson es un órgano auxiliar del sentido del gusto que tienen algunos vertebrados alojado en un hueso llamado vómer, entre la nariz y la boca. Dentro del órgano se alojan unas neuronas sensoras que detectan compuestos químicos, generalmente moléculas grandes. La mayoría de animales que disponen de órgano vomeronasal, como es el caso de los gatos, los perros o las jirafas, lo usan para detectar feromonas.
Además de observar a las jirafas en sus momentos más íntimos, los investigadores vieron cómo los animales se iban acercando, como si de una procesión se tratara, a un ver a un ejemplar muerto. Aunque este comportamiento podría hacernos pensar en una especie de luto por la jirafa muerta, lo cierto es que lo podrían estar haciendo es roer huesos. La osteofagia, que es como se conoce esta práctica, puede ser arriesgada para las jirafas y es que en el estudio se habla de varios ejemplares que acabaron con huesos atascados en la boca, incapaces de sacárselos. Se desconoce por qué lo hacen las jirafas pero para otros animales hervíboros es una manera de aumentar la ingesta de calcio.
"A la gente le encanta observar a las jirafas", señala Benjamin Hart. "Creo que cuanto más las conozca el público, más interesado estará en su conservación".
El número de jirafas en el mundo sigue disminuyendo a causa de la pérdida del hábitat, la caza furtiva y el cambio climático. En 2016 un estudio concluyó que el número de ejemplares había caído un 40 % en 30 años, lo que hizo que se las incluyera como vulnerables en la lista de animales amenazados de la UICN.