Dedican una nueva especie de rana a Tolkien
¿Cómo se ponen los nombres científicos? ¿Existe libertad absoluta? ¿Hay más seres vivos dedicados a este escritor o su obra?
Muy recientemente, en enero de 2023, un grupo compuesto por investigadores de la Universidad San Francisco de Quito, Ecuador, la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad Complutense de Madrid, España, han descrito una nueva especie de rana del género Hyloscirtus, descubierta en el Parque Nacional Río Negro - Sopladora, en Ecuador. El nombre vernáculo propuesto es ‘rana de torrente de Río Negro’, pero lo interesante es su nombre científico: Hyloscirtus tolkieni, en honor al célebre escritor John R. R. Tolkien, probablemente uno de los escritores más importantes e influyentes del siglo XX, y autor de El Señor de los Anillos, el tercer libro no religioso ni político más vendido de la historia —después de Don Quijote, de Miguel de Cervantes, y de Historia de dos ciudades, de Charles Dickens—.
Esta pequeña rana, de menos de 7 centímetros de longitud, presenta una coloración verde grisácea, con un patrón reticulado de un color más claro, y manchas amarillas y negras; en el centro de la cabeza presenta una línea gris bien marcada. La parte inferior es amarillenta, que se torna grisácea hacia la parte posterior, y con manchas negras. Según los autores del descubrimiento, su intrincado patrón evoca los mundos de fantasía de la Tierra Media, uno de los universos más complejos y mejor elaborados de la literatura fantástica.
Pero ¿cómo se puede poner el nombre de un escritor como Tolkien a una especie? ¿Se puede poner cualquier nombre?
¿Cómo se nombra una especie?
Cuando se descubre una nueva especie, la persona que hace el descubrimiento disfruta del honor de darle nombre a la especie. Existe cierta libertad a la hora de dar un nombre a una especie, aunque hay que seguir ciertas normas, algunas más estrictas que otras.
En primer lugar, hay que describir la especie, para lo cual además, se debe disponer de un ejemplar, que se denomina holotipo, que será el ejemplar de referencia, y debe estar depositado en algún lugar dedicado a la investigación: un museo de historia natural, una universidad o un centro de investigación, etc. Además, seguramente serán necesarios varios ejemplares más, que se denominan paratipos, para describir diferencias de sexo, edad o fases del desarrollo, si es que existen varias.

Holotipo de la nueva especie de rana descubierta, ‘Hyloscirtus tolkien’.
Generalmente, en la publicación científica donde se describe la nueva especie, se incorpora ya el nuevo nombre científico. Un nombre científico (como Homo sapiens) se compone de dos términos, de ahí que se hable de ‘nomenclatura es binomial’: el primer término, siempre escrito con la inicial mayúscula (Homo) es el nombre genérico, es decir, designa el género al que pertenece la especie. El segundo término, siempre escrito en minúscula (sapiens), es el epíteto específico, y siempre debe estar acompañado por el nombre genérico; por sí solo no tiene significado. De hecho, existen muchas especies de géneros distintos cuyo epíteto específico es el mismo: Cannabis sativa, Avena sativa, Medicago sativa, Oryza sativa…
Teniendo esto en cuenta, si la nueva especie pertenece a un género ya conocido, el nombre debe ajustarse a él, solo se puede elegir el epíteto específico; sin embargo, si también es un género nuevo, se puede escoger el binomio completo. Si se trata de una planta, no puede repetirse el nombre (no es válido un Ananas ananas, por ejemplo); pero si es un animal, sí está permitida la repetición (el nombre científico de la urraca es Pica pica).
Por último, el nombre debe estar escrito con caracteres latinos, sin tildes, y respetando las reglas gramaticales del latín. Se han de evitar, también, los nombres religiosos, así como palabras que resulten impronunciables en latín. Aparte de estos detalles, se dispone de cierta libertad a la hora de elegir el nombre.
¿Qué se suele usar para dar un nombre científico?
Es habitual que, ante un nuevo descubrimiento, los investigadores indiquen en el nombre científico alguna característica de la especie descubierta; por ejemplo, el nombre científico de la planta conocida como ‘bolsa de pastor’, por la forma del fruto, semejante a un zurrón, es Capsella bursa-pastoris; mientras que el pájaro carpintero verde se llama Picus viridis, por la coloración de su plumaje.
También es común emplear algún término relacionado con el comportamiento de la especie descrita —es el caso de Ursus maritimus, el oso polar—, de su hábitat —como Apodemus sylvaticus, el ratón de campo— o del lugar donde vive —como el ibis sagrado, Threskiornis atehiopicus—.
Algunos científicos, con un gran sentido del humor o fanáticos de novelas, series o películas, dedican el nombre de las especies descubiertas a personajes o lugares de ficción. Por ejemplo: la avispa Chicliola charizard, en honor al famoso pokémon; el dinosaurio Dracorex hogwartsia, literalmente “dragón rey de Hogwarts”; la babosa Tritonia khaleesi, por Daenerys Targaryen; o el género de ácaros Darthvaderum, dedicado al más famoso de los Sith de Star Wars.
Pero referencias populares al margen, quizá uno de los recursos que rinde el más sincero homenaje, es nombrar especies en honor a personas, ya sean amigos, familiares, científicos de renombre, artistas o cualquier otra que haya sido un referente en la vida del descubridor. En este contexto encontramos el escarabajo Apoduvalius purroyi, dedicado al zoólogo español Francisco Purroy; el crustáceo Gnathia beethoveni, en honor al famoso compositor clásico; el milpies Nannaria swiftae, en honor a la cantante Taylor Swift; o la araña Calpinia harrisonfordi, que no necesita más presentación. Y, por supuesto, John R. R. Tolkien, no puede quedarse sin sus dedicatorias de nombres científicos.

Ejemplar de la nueva especie de rana, ‘Hyloscirtus tolkien’, en su hábitat
Otras criaturas de Tolkien
La rana recién descubierta se suma a una larga lista de seres vivos cuyo nombre científico está dedicado al prolífico escritor. Probablemente la lista deba encabezar con la avispa Shireptilis tolkien; el nombre genérico hace referencia a La Comarca —The Shire, en inglés—, región de la Tierra Media donde viven los hobbits. Y con buen motivo, otras especies del mismo género reciben los nombres de S. bilboi, S. frodoi, S. meriadoci, S. pellegrini y S. samwisei, rindiendo homenaje a los hobbits protagonistas de El Señor de los Anillos.
Otras dedicatorias al maestro Tolkien las encontramos en el bivalvo Martesia tolkieni, en el escarabajo Gabrius tolkieni y en el crustáceo Leucothoe tolkien.
Su obra tampoco ha pasado desapercibida para los taxónomos. Los escarabajos del género Macrostyphlus dedican varias especies a personajes de El Señor de los Anillos: M. gandalf, M. bilbo o M. frodo. Haciendo mención a la geografía de la Tierra Media tenemos a la foca fósil Eomonachus belegaerensis, en honor al mar de Belegaer. Y para los amantes de El Hobbit, resultarán inconfundibles los nombres de estos géneros de himenópteros descritos por el entomólogo sueco Karl-Johan Hedqvist: Bofuria, Bombuia, Dvalinia, Oinia o Balinia. A estos enanos protagonistas se suman géneros como Legolasia, Gimlia, Beornia o Durinia.
En el lado oscuro también hay nombres científicos. Otro género de himenópteros descrito por Hedqvist es Balrogia. El Ojo de Sauron tiene al género de dinosaurios Sauroniops, mientras que las arañas ficticias Ella-Laraña y Ungoliant cuentan con las arañas reales Ochyrocera laracna y O. ungoliant. Y el género Tetramorium dedica algunas especies al dragón Smaug y a los espectros del anillo: T. smaug y T. nazgul.
Aunque quizá el personaje de Tolkien con más nombres científicos dedicados sea Gollum. Hedqvist le dedicó los géneros Smeagolia y Gollumiella, pero no son los únicos. Así lo demuestran el pez indio Aenigmachanna gollum, el tiburón Gollum suluensis, el pez Galaxias golumoides, o el insecto cavernícola Gollumjapyx smeagol —doble dedicatoria, en este caso—.
Algunas personas dedican canciones a sus amores; otras escriben poemas o pintan retratos de quienes admiran. Los taxónomos tienen su propia forma de homenajear a las personas que consideran importantes para ellos: dedicar los nombres científicos.
Referencias:
- Forshage, M. et al. 2016. Insect species described by Karl-Johan Hedqvist. Journal of Hymenoptera Research, 51, 101-158. DOI: 10.3897/jhr.51.9296
- International Commission on Zoological Nomenclature et al. (Eds.). 1999. International code of zoological nomenclature =: Code international de nomenclature zoologique (4th ed). International Trust for Zoological Nomenclature, c/o Natural History Museum.
- Sánchez-Nivicela, J. C. et al. 2023. A new stream treefrog of the genus Hyloscirtus (Amphibia, Hylidae) from the Río Negro-Sopladora National Park, Ecuador. ZooKeys, 1141, 75-92. DOI: 10.3897/zookeys.1141.90290
- Turland, N. et al. (Eds.). 2018. International Code of Nomenclature for algae, fungi, and plants (Vol. 159). Koeltz Botanical Books. DOI: 10.12705/Code.2018